MINNEAPOLIS, MN
Las alarmas se han encendido entre los ciudadanos después de que Donald Trump haya amenazado con cerrar la frontera con México, pero no es por las familias que buscan asilo ni los menores separados de sus padres, sino por los aguacates.
La Casa Blanca ha reiterado que cerrará la frontera con México esta semana para frenar la llegada de inmigrantes a territorio estadounidense y que lo hará sin importar las consecuencias económicas para el país.
Tras el anuncio, las alertas se han disparado ante una de las consecuencias de ese bloqueo: En tres semanas se podrían agotar las existencias de aguacates.
De los miles de productos que cruzan diariamente la frontera entre ambos países, pocos han dado tanto que hablar como el aguacate.
Durante los últimos días han sido muchos los medios de comunicación que han difundido la noticia de que, con su decisión, Trump podría dejar al país sin uno de los productos del momento, o lo que es lo mismo, sin las populares tostadas untadas de aguacate, el guacamole o las ensaladas apetitosas con este fruto.
“¿Qué pasará si no hay más aguacates?”;
“Los precios del aguacate hass suben el 34 %, la mayor subida en una década”; “Sin margaritas ni aguacates, el bloqueo de la frontera afectará a los paladares” o “Cómo la disputa fronteriza entre México y EE.UU. podría afectar a las tostadas de aguacate”, son algunos de los titulares que han copado los diarios estadounidenses.
“Aquí ya nos han dicho que los aguacates subirán de precio, los traemos todos de México”, cuenta a Efe María Ramos, la gerente de El Progreso Market, un supermercado de productos latinos de Washington.
Ramos explica que los distribuidores ya han advertido de que traer ese fruto costará más, porque las existencias que aún quedan en los centros de distribución serán muy codiciadas en caso de cesar las importaciones.
La misma situación podría repetirse con los cientos de productos de México y de otros países latinoamericanos que copan los pasillos de la tienda.
Además, el cierre de la frontera podría provocar que algunos pasillos de los supermercados se vean mermados, pues desde México llegan en torno al 40 % de las verduras y el 30 % de las frutas frescas que el país importa, según los últimos datos del Departamento de Agricultura.
En todas las estadísticas de importaciones de vegetale, México aparece como el país líder y con ventaja, excepto en el apartado de verduras procesadas, donde lo superan China y la Unión Europea.
“Los primeros afectados somos nosotros, que compramos esos productos para venderlos aquí y ahora nos van a costar más dinero”, dice Ramos sin tener claro si subirá el precio a su clientela, mayoritariamente hispana.
A su lado, un cliente escucha la conversación mientras paga en la caja. Minutos después pregunta al periodista al salir del supermercado: “¿Ha venido usted a preguntar por los aguacates?”.
Para este hombre de El Salvador, que pide el anonimato, es difícil entender la preocupación que ha desatado este producto en medio de la crisis humanitaria que afecta a miles de familias en la frontera.
La amenaza por la escasez de productos afecta también en otra de las tiendas internacionales de Mount Pleasant, el barrio latino de Washington, llamada Bestworld y repleta de frutos de países latinoamericanos, como yucas, nopales, mangos y papayas.
“Recibimos mucho de Centroamérica claro, de México, de El Salvador… Claro que nos afectaría eso”, reconoce su dueño, de origen asiático que pide no ser identificado y que tampoco tiene intención de darle muchas vueltas al asunto.
Pero no solo se verán afectados por el cierre de la frontera los comercios latinos, ya que la oferta de las grandes cadenas de supermercados depende en gran parte de los productos mexicanos.
En Giant, una de las cadenas más grandes de la costa este, la etiqueta de “producto de México” es omnipresente en la sección de productos frescos: Tomates, mangos, aguacates, chiles, nopales, hojas de tamal… todo ello junto a panes, tortas y tortillas.
Ante la fiebre que despertó hace varios años el fruto aguacatero en el mundo occidental, especialmente en el país, California aumentó la producción de este producto, pero no va a ser suficiente para cubrir la demanda.
La Comisión del Aguacate Californiano ya avanzó el pasado febrero que su cosecha de aguacates será la mitad de lo que fue el año pasado, afectada por una intensa ola de calor.
Con el revuelo que el aguacate ha montado quedará por ver si la decisión de Trump de cerrar la frontera para detener la llegada de inmigrantes se ve frenada por los gustos culinarios de los estadounidenses.
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