MINNEAPOLIS, MN
El distrito escolar de Minneapolis continúa siendo objeto de notas periodísticas, de análisis por parte de especialistas y de la busca de soluciones a los problemas que aquejan a los estudiantes de la zona. Dentro de una sesión legislativa que se caracteriza desde ya por discusiones acaloradas e interminables, surge un nuevo elemento de discusión y discrepancia dentro del sistema educativo de la ciudad. Y es que el senador Scott Dibble ha retomado una legislación que permitiría a la mesa directiva de las Escuelas Públicas de Minneapolis, remover de su cargo a cualquiera de sus miembros, si se encuentra una causa justificada.
Se trata de la iniciativa de ley SF 167, que fue originalmente escrita durante la sesión legislativa del 2010, que sin duda prefiguraba un escenario en el que, cuando una mayoría se viese en situaciones comprometidas, acaso con serios cuestionamientos por parte de alguno de sus miembros, la Mesa Directiva de las Escuelas de Minneapolis podrá remover a quien esté en desacuerdo, y por tanto se logrará una mayoría automática. Sobre todo cuando que el asiento vacante podrá ser ocupado por quien la mayoría nominase. De esta forma, señalan algunos críticos, la mayoría se reforzará.
Si bien no se ha definido aun lo que supone una causa justificada, al parecer la nueva ley requiere que la mayoría notifique sobre la realización de una nueva reunión en donde la moción de remoción será presentada, y en la que quien resulte afectado tendrá la oportunidad de exponer argumentos en su favor. De esta forma, quienes desarrollaron sus campañas políticas para ocupar alguno de los asientos en disputa dentro de la Mesa Directiva, gastando incluso millones de dólares para contar con el gusto de los electores, acaso tendrán que enfrentar un voto más si aparecen como disidentes bajo la propuesta de ley.
Acaso se trate de los miembros, muchos de ellos aun presentes en la legislatura, que se caracterizan por no mantenerse en total acuerdo con las mayorías, quedarán expuestos a la aplicación discrecional de una medida semejante. Pero lo que si queda evidente, es que esta propuesta despertará un debate que propone el que el sector de las minorías queda siempre en desventaja en cuerpos de gobierno, en tanto que la mayoría blanca podrá contar con un escudo efectivo en contra de la disidencia y consecuentemente en una posible mayor discriminación, cuando que un posible escenario es que los representantes de los grupos “de color” sean esos disidentes que podrían ser removidos en cualquier momento.
Estamos frente a una iniciativa de ley que abrirá viejas heridas, al embarcarse en las distintas interpretaciones que puede ofrecer, pero que sin duda quedará enmarcado en las prácticas discriminatorias dentro de un órgano de gobierno en un sistema que aun presenta serios rezagos en el área de acceso a la educación.
