Washington, (EFEUSA).-
El director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés), Lee Francis Cissna, ha presentado su renuncia y dejará su puesto el 1 de junio, en un momento en el que el presidente, Donald Trump, ha endurecido sus propuestas migratorias de cara a las elecciones de 2020.
Un portavoz del USCIS indicó ayer a Efe que Cissna ya ha presentado su renuncia y el 1 de junio abandonará la agencia, que con 240.000 empleados se dedica a regular el sistema de migración legal mediante la concesión de visados, asilo y también de la ciudadanía.
Esa fuente rechazó confirmar quién será el sucesor de Cissna, aunque el diario The Washington Post desveló el viernes que Trump sopesaba designar como director del USCIS al ultraconservador Ken Cuccinelli, fiscal general del estado de Virginia entre 2010 y 2014 y que se ha enfrentado al aparato del Partido Republicano.
Concretamente, en 2014, Cuccinelli alentó una ola de candidatos conservadores en las primarias republicanas para desafiar el poder del aparato, lo que le ha costeado la enemistad del líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, y de otros legisladores.
Ante esa posibilidad, el sindicato mayoritario de trabajadores del USCIS ha arremetido contra Trump y le ha acusado de querer “destruir” la agencia.
En declaraciones a CNN, el presidente de ese sindicato, Danielle Spooner, consideró que la renuncia de Cissna y la posibilidad de que Cuccinelli sea su sustituto “muestra el final del sistema de migración legal tal y como existe en la actualidad”.
“Ha quedado claro que el objetivo de esta Administración es acabar con la inmigración. Qué mejor forma de hacerlo que nombrar como líder del USCIS a alguien que no sabe nada de inmigración, de los ajustes del estatus migratorio o de concesión de la ciudadanía y cuyo único objetivo es destruir a la agencia que otorga esos beneficios”, subrayó Spooner.
Cissna no ha explicado por qué ha decidido renunciar al cargo y, en una carta dirigida a sus empleados y a la que accedió Efe, se limitó a felicitarles por haber establecido “con cuidado” las bases para “reformas legales muy necesarias que vendrán en un futuro próximo”.
El director del USCIS es la última víctima de la purga en los últimos meses dentro del Departamento de Seguridad Nacional, encargado de la política migratoria, y que llevó a la renuncia de su titular, Kirstjen Nielsen, a quien Trump reclamó mayor dureza a la hora de combatir la inmigración irregular.
Hasta ahora, Cissna había logrado sobrevivir políticamente gracias al respaldo de diversos senadores republicanos, como Chuck Grassley, que convencieron al mandatario para que no lo mantuviera en el puesto.
A mediados de este mes, Trump presentó un plan de reforma del sistema legal de inmigración en el que lleva meses trabajando su yerno, Jared Kushner.
El plan busca cambiar el actual sistema migratorio, basado en la reagrupación familiar, para basarlo en el mérito y admitir en EE.UU. a más trabajadores cualificados y menos familias.
La propuesta mantendría intacto el número de permisos de residencia permanente que EE.UU. concede al año, pero cambiaría el perfil de los destinatarios del 1,1 millón de “tarjetas verdes”.
El objetivo es aumentar del 12 % actual al 57 % la proporción de inmigrantes que obtienen esa residencia permanente debido a su talento, sus estudios o su trabajo; mientras que se rebaja del 66 % al 33 % quienes la logran por sus lazos familiares, y del 22 % al 10 % los que la consiguen por razones humanitarias o de diversidad.
La propuesta de Trump ha recibido críticas por no incluir una solución al limbo en que se encuentran miles de jóvenes indocumentados que llegaron al país cuando eran niños, conocidos como “soñadores”.
Trump ha apostado por cambiar el sistema migratorio de EE.UU. con el objetivo de obtener rédito político de cara a las elecciones de 2020, tal y como hizo cuando resultó elegido en 2016.
Esa reforma de Trump todavía no se ha articulado como proyecto de ley y difícilmente saldrá adelante en un Congreso dividido, donde los demócratas controlan la Cámara de Representantes y los republicanos el Senado.