SAINT PAUL, MN
Millones de estudiantes hispanos y de otras minorías, provenientes de familias con escasos recursos, asisten a clase en escuelas ruidosas, lo que impacta negativamente en el aprendizaje, la salud y el futuro de esos alumnos, según un estudio realizado por un investigador de la Universidad de Utah.
El reporte, difundido en el número más reciente de la revista especializada Enviromental Research, determinó que “los estudiantes de minorías étnicas y de ambientes desfavorecidos tienen mayores posibilidades de ser expuestos a contaminación por ruido de automóviles y aviones que los estudiantes blancos”.
El estudio, a cargo de Timothy Collins, encontró que, aunque los alumnos blancos representan casi la mitad de los 50 millones de menores de 18 años que estudian en Estados Unidos, sólo el 35 % de esos alumnos se ve afectado por altos niveles de ruido en sus escuelas.
A la vez, aunque los hispanos son el 26 % de todo el estudiantado primario y secundario, el porcentaje de afectados por ruido escolar es similar al de los blancos.
Y, en términos más generales, aunque los estudiantes de minorías son la mitad de todos los estudiantes en las escuelas estadounidenses, el 65 % asiste a escuelas ruidosas.
Se sabe que los niños (como todos los humanos) son vulnerables a riesgos ambientales. Y por eso, dice Collins en su estudio, se han realizado numerosos análisis de riesgos ambientales en las escuelas, por ser el lugar en el que los estudiantes “pasan una importante porción de sus días”.
Pero hasta el momento, expresó, sólo existía un único estudio nacional sobre disparidad racial en cuanto a contaminación escolar (calidad del aire) y no había ningún estudio sobre disparidad racial enfocado en ruido dentro de las escuelas, “incluso aunque se sabe que el ruido tiene un impacto negativo en la salud y el desarrollo de los niños”.
Por eso, Collins y sus colegas examinaron datos demográficos de 2014 y 2015 de casi 95.000 escuelas públicas de Estados Unidos y los correlacionaron con proximidad a transporte vial y aéreo, para calcular el nivel de ruido en cada uno de esos establecimientos y así determinar las diferencias en las escuelas estudiadas.
“Entre los 49.697.890 estudiantes que asisten a clases en escuelas públicas de Estados Unidos, encontramos que aquellos que asisten a escuelas con la mayor exposición a ruidos de carreteras o de aviación tienen significativamente más posibilidades de ser elegibles para comidas gratis o a precios reducidos (económicamente en desventaja”, dice el estudio.
“Y tienen menos posibilidades de ser blancos”, agrega.
De hecho, utilizando ecuaciones generalizadas de estimación para controlar las diferencias entre los distintos distritos escolares, Collins y sus colegas encontraron que “las escuelas con las mayores proporciones de estudiantes hispanos, afroamericanos o asiáticos, y las escuelas sirviendo a los estudiantes más jóvenes, tienen significativamente más ruido callejero y mayores posibilidades de ser expuestas a ruido de aviación”.
“Los estudiantes de minorías raciales y étnicas en Estados Unidos llevan la carga más pesada de exposición a ruidos de transporte en sus escuelas, lo que puede tener un impacto desigual en su rendimiento académico, salud y potencial futuro”, concluye el estudio.