WACONIA, MN
Para muchos, la palabra de Dios es simplemente incuestionable. Especialmente, como ocurrió con la pareja de pastores Bill y Sharon Predovich, si ello supone el “mandato” de vender una iglesia, costosa en su mantenimiento, y acaso obsoleta, para adquirir una propiedad privada, una casa, con un costo de 1 millón de dólares.
De acuerdo con una investigación realizada por una televisora local, la pareja, esposos ellos, que actuaba como pastores superiores en de los Ministerios de la Resurrección, comunicaron a sus feligreses, el pasado mes de junio de 2018, que pronto la iglesia cerraría sus puertas, habida cuenta que la propiedad sería puesta a la venta. La idea, indicaron los líderes religiosos, era parte de “un plan guiado por Dios.”
La venta de la construcción, y del terreno que ocupa, se concretó justamente el 28 de septiembre del mismo 2018, con la obtención de un millón de dólares por la transacción. Ese mismo día, de acuerdo con la fuente citada, la pareja firmo la adquisición de una residencia frente al Lago Reitz, en Waconia, que supuso una transacción de justo la misma cantidad recibida por los mismos. En otras palabras, al recibir el millón de dólares por la venta de la iglesia, los esposos Predovich compraron de inmediato su nueva casa.
Feligreses y miembros de organizaciones sin fines de lucro, expertos en bienes raíces, han llamado la atención sobre la transacción. Para la fiscal Jennifer Urban, quien dicta clase en la Universidad de St. Thomas, y es fundadora de la firma legal Good, en Saint Louis Park, la acción se presenta como inapropiada.
Para el involucrado en la misma, Bill Pedrovich, la acción es transparente, y la adquisición de una propiedad de 10 acres, frente al lago, con una piscina, una cancha de voleibol de playa, y con 4,200 pies cuadrados de construcción, se traduce en una residencia/iglesia. Y así ha sido registrada ante las autoridades, por cierto.
Por su parte, Sharon Pedrovich, indicó que al dar aviso a los feligreses de lo habrían de hacer, estaban “siguiendo la dirección de Dios.” Para ella, la señal indicaba que Dios estaría siguiendo una dirección novedosa, lo que implicaba la aparición de un nuevo camino. Esto, diría la misma pastora, suponía que la pareja dejaría de serlo, pasando a ser apóstoles, desarrollando “pequeños trabajos,” para reposicionarse.
Para algunos feligreses, la situación es turbia, sin claridad sobre las finanzas de la iglesia, ni sobre la forma en la que los Pedrovich empleaban el dinero generado por la iglesia.
Pareciera, indica Jeff Proctor, miembro de la iglesia por años, que el dinero destinado para difundir “la palabra de Dios”, finalizó siendo empleado para beneficio personal de la pareja. Ello, indica Proctor, implica un serio problema.
Cuando habrían sido cuestionados al respecto, en una reunión con la feligresía en el mes de julio del 2018, los implicados indicaron que se trataba de un plan diseñado por Dios, no el plan de Sharon ni de Bill. Ello debiera ser recordado, y no cuestionado. Hacerlo, se les indicó a los presentes, era posicionarse en contra de Dios mismo.
Con argumentos como el que la venta y la compra de las propiedades habría sido aprobadas por la mesa directiva de la iglesia, así como un supuesto compromiso por predicar en pequeñas reuniones en diversos domicilios, incluida la nueva residencia, los Petrovich han buscado convencer a propios y extraños, de que se trata de una acción plenamente justificada. Pero, detrás está el hecho de que la organización religiosa haya sido inscrita como organización caritativa, sin fines de lucro, y no obligada, por ley, a presentar reportes fiscales, con lo que las preguntas se acumulan sobre el uso de fondos y recursos derivados de la predica de una fe.
Ante todo ello, abogados y feligreses exigen que se aclare la situación, y se informe plenamente al respecto.
En caso de que exista una corresponsabilidad que sea identificada como ilegal, habría que hacer a la pareja pagar su deuda con la justicia. Mientras tanto, la palabra de Dios es enarbolada como justificación.
¿Cuántos casos similares habría que investigar? Algunos por millones de dólares; otros, por miles de dólares, y otros más por afectaciones a personas y sus bienes. A creyentes y seguidores.