MINNEAPOLIS, MN
Para que la ‘Ndrangheta italiana, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo y que se supone es la principal distribuidora de cocaína en Estados Unidos, pueda ir a Suramérica a comprar droga necesita el beneplácito del capo mexicano Ismael “Mayo” Zambada.
Esa imagen de Zambada, recreada por la periodista mexicana Anabel Hernández (México, 1971), deja ver la influencia, el poder y el dominio que el capo se ha forjado en la industria mundial del narcotráfico y que Hernández ha revelado en su más reciente libro: “El Traidor: El diario secreto del hijo del Mayo” (Grijalbo, 2019).
“El ‘Mayo’ es un factor de estabilidad para el mercado de drogas mundial, es quien garantiza un precio, define parte del mercado, la calidad o no de la mercancía, y hasta los canales de distribución”, cuenta en una entrevista con Efe la periodista.
En el libro, el sexto en su carrera de 26 años, la periodista y escritora, narra mediante miles de documentos, entre ellos el diario de Vicente Zambada Niebla, alias “Vicentillo”, hijo del “Mayo”, cómo funciona internamente el cartel de Sinaloa.
También describe los niveles de violencia de los que se valen los narcotraficantes, la una y mil formas en que se puede traficar la droga y cómo políticos, empresarios y autoridades en México han participado en las últimas décadas en el negocio del narcotráfico.
Pero sobre todo, en el texto, de 240 páginas, se perfila la figura de Zambada, quien a juicio de la periodista ha sido el patriarca del narcotráfico en México y el mundo durante los últimos 50 años.
Precisamente ese poderío que Hernández describe en el libro ha colocado al cartel de Sinaloa como una institución que, prácticamente, ya no puede caer.
“Cuando uno ve la dimensión como ahora funciona el negocio sabemos que siempre habrá otro ‘Chapo’ (Guzmán), pero no habrá nunca otro ‘Mayo'”, dice la periodista.
Durante 50 años, explica, Zambada “ha estado ahí, tranquilo, porque se ha convertido en un factor de equilibrio, de estabilidad” en el mercado de drogas de México a Estados Unidos y también en una parte del mercado mundial.
Por eso cita el caso de la ‘Ndrangheta italiana y de otras organizaciones que “necesitan la bendición de Zambada”, quien dice quién es confiable y quién no, o a quién hay que matar. “De ese nivel es su influencia criminal”, afirma.
Hernández cree que desde fuera la gente puede entender que el “Mayo” es el cartel, pero el cartel “son un montón de actores que entran y salen, empresarios que dicen: ‘tengo una crisis económica, voy y le cargo o transporto unas cuantas toneladas con la mercancía (carne, frutas, telas) que exporto y a mí me pagan estas ganancias’. Después salen y quizás no lo vuelven a hacer nunca más”.
Pero también en el cartel están los políticos que para obtener dinero para sus campañas “ofrecen buques de Petróleos Mexicanos (Pemex) para trasladar drogas, y con dos toneladas que trafiquen se hacen millonarios para siempre y, además, tienen recursos para sus campañas políticas”.
Según la periodista, en el negocio del cartel participa gente de todo tipo, “y quien piense que solo son ‘el Mayo’ y ‘el Chapo’ -personajes que nos venden las series de televisión- los verdaderos operadores, no está viendo toda la panorámica”.
Hernández dice que los narcotraficantes salen en revistas del corazón, otros son diputados, banqueros o grandes empresarios, algunos, “incluso, presidentes de la República”.
El cartel, añade, “es un hoyo negro donde todo puede existir, pero no lo podemos ver, toda la materia está adentro”, por eso, combatirlo -tiene presencia en el 70 % del planeta- escapa a la propia capacidad de control del Gobierno mexicano.
“La corrupción, la impunidad y que el Gobierno mexicano se venda al cartel empeora todas las circunstancias. Entonces, la solución para combatirlo no solo está en manos del Gobierno de México sino que es una decisión y una lucha frontal de todo el mundo, pero ¿el mundo quiere llevar a cabo esta lucha? No lo creo”, afirma.
De acuerdo a lo que le contó en varias reuniones el abogado Fernando Gaxiola, ya fallecido, el “Mayo”, a veces con la ayuda del “Chapo” y de otros capos, compraba la gran producción de cocaína en Suramérica y luego la traía a México.
“México es la gran bodega de esta cocaína, el 80 % Zambada la vende a otros que no sabemos quiénes son, empresarios, políticos, hombres de negocios, y el restante 20 % él, por sí mismo, lo trafica a EE.UU. o a otras partes del mundo”, explica.
Respecto a estos socios del “Mayo”, la periodista dice que pueden cambiar cada mes, cada semestre o cada año.
“Por eso no importa que los detengan, cuando detienen al ‘Chapo’ no le hicieron ni cosquillas al cartel porque este no dependía del ‘Chapo’, era un comprador importante, pero no era el factor de equilibrio, y cuando el ‘Chapo’ se convirtió en incómodo para todos, incluyendo el ‘Mayo’, no lo mató, pero fue corresponsable de su detención”, apunta.
Para Hernández, el libro “ayuda a romper” todos los paradigmas y preconcepciones sobre el narcotráfico.
La historia de “El Traidor: El diario secreto del hijo del Mayo”, en cuya portada aparece un pertubardor retrato como payaso de Vicente Zambada Niebla, que pintó él mismo mientras estaba recluido en Chicago (EE.UU.), se remonta a enero de 2011.
Entonces, Gaxiola, uno de los abogados de Zambada Niebla, contactó con Hernández para compartir con ella documentos, hechos e historias que ampliaban y esclarecían varios de los episodios que la periodista acababa de dar a conocer en su libro “Los señores del narco” (Grijalbo, 2010).
La periodista explica que los escritos de Zambada Niebla eran los que él reconstruyó para colaborar con el Gobierno de Estados Unidos, para reducir su sentencia, en los que contaba la historia de su vida y la historia del cartel de Sinaloa.