SAINT PAUL, MN
La caída de los precios del petróleo en todo el mundo no solo ha tenido efecto en minimizar o limitar los niveles de ganancias entre los estados y naciones productoras; tampoco afectan en dicha forma exclusivamente a las empresas que a ello se dedican. Tal y como está ocurriendo en el estado vecino a Minnesota, Dakota del Norte, el efecto de este fenómeno tiene diversas implicaciones.
El caso del estado de Minnesota es que diversas instancias dentro del gobierno local y entre empresarios, se han visto obligados a revisar el presupuesto anual debido a la reducción de ingresos, pero también en asociación directa con un número creciente de despidos que las empresas han tenido que implementar como medidas de ajuste en sus ingresos. La situación es compleja, y no muy fácil de entender, habida cuenta que hasta hace poco no existía dicho furor por la explotación petrolífera en Dakota del Norte.
El departamento de Recursos Minerales del Dakota del Norte presentó recientemente una serie de datos asociados con la producción y comercialización del petróleo. En ellas, se muestra que el precio de petróleo crudo, al 12 de marzo, era de $31 dólares por barril, que fuera de un breve período en el mes de enero, se presenta como el más bajo registrado desde el año 2009. Ello supuso, la baja del precio, que el estado redujera el número de sitios de operación, pasando de 181 en diciembre del 2014, a 160 en enero del 2015, 122 en febrero, y tan solo 111 hasta el mismo 12 de marzo. Sin duda, se trata del número más bajo en años recientes.
El reporte presentado por el Departamento de Recursos Minerales subraya que la caída en los precios del barril de petróleo se considera como el mayor responsable en la reducción de operaciones petroleras en el estado, llegando a suspenderse la exploración de nuevas fuentes de explotación, y con la intención de reducir la producción en general. El colocar el producto en el mercado es más complejo ahora, y al mismo tiempo las ganancias son mucho menores.
Se estima que esta situación conlleve al despido de entre 3mil y 4 mil empleados, cifra que podría incluso llegar a ser peor. “Está resultando doloroso ahí, en los campos petrolíferos,” dijo Lynn Helms, directora del Departamento de Recursos Minerales del estado, al presentarse en su conferencia mensual frente a los medios de comunicación.
Si las condiciones prevalecen como se han visto, es obvio que el número de empleados requerido para continuar operando, se verá reducido gradualmente también. Y entre tanto el estado de Dakota verá sus ingresos mermar. Entre las especulaciones se incluye la afectación de miles y miles de personas que migraron al estado (incluido un gran número de minnesotanos) con el afán de contar con un empleo bien remunerado y que pronto acaso se sumarán a la oleada de nuevos desempleados que ha estado afectando al estado.
Como medida precautoria, el gobierno del estado busca reducir el monto de impuestos que las empresas deben pagar, cosa que entraría en vigor a partir del próximo verano. Entretanto, han sido ya 800 personas las despedidas, y se espera que el número alcance las predicciones hechas en un corto plazo.
El efecto se ha sentido también en otros estados productores en Estados Unidos, como en Texas, donde la reducción es del 40 por ciento, en Dakota del Norte es del 21 por ciento y en Oklahoma del 30. Situaciones que parecen contradecir, de nueva cuenta, la aparente recuperación económica que se vive en todo el país.
