MINNEAPOLIS, MN
Como consecuencia del anuncio hecho por el presidente Barack Obama, al anunciar en noviembre pasado que pondría en práctica una acción ejecutiva para beneficiar a personas indocumentadas en el país cuyos hijos se encuentren bajo condiciones de residencia legal, o bien sean ciudadanos por nacimiento, llevó a los investigadores Manuel Pastor, Joel Sánchez y Vanessa Carter, a analizar el impacto que la Acción Diferida para Padres de Residentes Americanos y Bajo Residencia Permanente Legal (DAPA) tendría en los mismos hijos.
El reporte de investigación titulado “Los chicos están bien, pero podrían no estarlo,” muestra que las estimaciones iniciales de potenciales beneficiarios de la aplicación del DAPA se encuentran lejos de los números reales, estando por debajo de lo que es la realidad. De acuerdo con las estimaciones presentadas, 4.3 millones de los inmigrantes indocumentados en el país son padres de ciudadanos estadounidenses o Residentes Permanentes Legales (LPR). De ellos, aproximadamente 3.7 millones han vivido en el país el tiempo suficiente para calificar para los beneficios ofrecidos por la acción ejecutiva presidencial (DAPA).
Los investigadores responsables del reporte señalan que es también importante analizar el efecto del DAPA desde la perspectiva de los hijos mismos. Se ha estimado que en el país hay 6.3 millones de individuos que viven en un hogar con sus madres o padres siendo elegibles para solicitar los beneficios del DAPA; al mismo tiempo, algunos de esos individuos son asimismo indocumentados, lo cual da cuenta del estado mixto que tienes muchas familias, con algunos hijos habiendo sido traídos al país en forma indocumentada, en tanto alguno o algunos de sus hermanos han nacido acá, obteniendo la ciudadanía por nacimiento. Estos últimos representan el 86 por ciento (es decir, 5.5 millones de los hijos en esos hogares son o bien residentes permanentes o ciudadanos).
“Lo que entendemos muy pobremente es que no todos esos hijos son menores de edad –y algunos son elegibles para votar,” subraya el reporte de investigación de la Universidad del Sur de California. “El DAPA ha sido escrito de tal forma que beneficia a los padres de residentes permanentes o ciudadanos para que puedan solicitar permisos de trabajo y diferir cualquier acción de deportación. El 16 por ciento de los hijos en estas familias son mayores de 18 años de edad o mayores […] con el 11 por ciento siendo ciudadanos, lo cual es un claro indicador que los hijos mayores en las familias de estado mixto migraron a los Estados Unidos siendo pequeños, en tanto que los hijos menores habrán nacido en el país.”
En síntesis, cerca de 1.7 millones de individuos que son hijos de padres que califican para solicitar cobertura bajo el DAPA, son potenciales votantes, adquiriendo la capacidad de influir en los líderes y la toma de decisiones que podrían que podrían contribuir en mejorar o empeorar las condiciones de vida de sus padres y familias. La situación puede ser más importante y evidente en los estados que contienen el mayor número de inmigrantes indocumentados, por supuesto, pero incluso a nivel nacional el efecto que este número puede tener en los resultados electorales, es significativo.
El análisis por estado, subraya el impacto que este grupo de posibles votantes puede tener en estados clave en la configuración del espectro político futuro, incluyendo California, Florida y Carolina del Norte, en donde las diferencias en la carrera presidencial en los últimos procesos electorales fue cerrado, y el porcentaje de votantes latinos podría influir en una u otra dirección para favorecer a demócratas o republicanos. La mayor simpatía entre estos individuos se inclina por el presidente Obama, por lo pronto (69 por ciento). Descubriendo acaso la estrategia electoral que está en juego con la aplicación o no del DAPA.