MINNEAPOLIS, MN
Por un lado, el conservadurismo quejumbroso en Estados Unidos le dice al inmigrante indocumentado: “largo de aquí, ilegales”.
Pero, por otro lado nadie pareciera quejarse de que una buena parte de los inmigrantes sean quienes recogen las frutas y las verduras, nadie se queja de que los inmigrantes estén atendiendo enfermos en los hospitales, de que sigan repartiendo comida a domicilio, haciendo trabajos de construcción, laborando en los supermercados, cuidando a los ancianos, en general, arriesgando su salud y su propia vida.
También, tal y como el trumpismo quería tenerlos, hoy muchos trabajadores indocumentados están “acorralados”, con el miedo constante de siempre y preguntándose: “cómo pagaré la renta, cuándo se acabará esta locura”. Todo esto gracias a un maldito virus que se ha desatado por todo el mundo y que ha golpeado muy fuerte en Estados Unidos.
El Covid-19 ha sido un golpe para todos pero le ha pegado principalmente a las llamadas “minorías”, que son quienes más están muriendo durante esta pandemia. Y para empeorar la situación, hoy, debido a la crisis sanitaria, los inmigrantes podrán enviar poco o nada de dinero a sus respectivos países, dinero que por lo general se invierte en escuelas, en construcción de viviendas, en renta, en medicinas, en pequeños negocios…
Los inmigrantes tienen la desventaja de que, con pandemia o sin pandemia, tanto al ocupante en turno de la Casa Blanca como a varios gobernadores, congresistas, senadores y alcaldes, no les importará dejarlos morir. Solo recibirán trato de “trabajadores esenciales” cada que le convenga al gobierno y a las grandes corporaciones explotadoras de mano de obra barata.
Hay que tener muy claro que frente a una pandemia la batalla es de todos, y el darle la espalda a los trabajadores inmigrantes es darle la espalda al resto de la población. Porque al Covid-19 se le combate con la participación de todos, no con la exclusión de ciertos sectores de la población.
Aunque a los conservadores reaccionarios no les guste escucharlo, el trabajador inmigrante es imprescindible, sin duda, siempre lo ha sido.