MINNEAPOLIS, MN
Este viernes, el secretario de estado de los Estados Unidos, John Kerry, llegó a Cuba a fin de izar la bandera de los Estados Unidos en el edificio de la embajada de este país en la Habana. Han pasado 54 años desde que dicha bandera no ondeaba en este edificio, luego del rompimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, siguiendo la imposición del embargo comercial que el país de las barras y las estrellas impusiera sobre la isla.
“Gracias por unirse a nosotros en este momento verdaderamente histórico, cuando nos preparamos para izar la bandera… simbolizando la restauración de las relaciones diplomáticas [entre ambos países] después de 54 años,” dijo Kerry en la ceremonia, dirigiéndose a los presentes tanto en inglés como en español.
La visita de Kerry marca la finalización simbólica de uno de los últimos vestigios de la guerra fría. Sin embargo, los signos de desconfianza mutua persisten, y más allá de la pompa y circunstancia, se encuentra un largo camino a recorrer de más de medio siglo de hostilidad diplomática.
En el acto, los marinos que permanecieron hasta el último momento en Cuba, hace 54 años, y que estuvieron a cargo de bajar la bandera de la representación diplomática en 1961, participaron con la entrega de la misma a los marinos que la izaron a lo alto del mástil.
Con este acto, se corresponde al izamiento de la bandera cubana en Washington, ceremonia que tuvo lugar el 20 de julio pasado. En ese día, Kerry expresó, en una reunión con el ministro del exterior cubano, Bruno Rodríguez, que aun cuando existen diferencias en asuntos fundamentales desde derechos humanos a sistemas políticos, ambos países serán mejor servidos por el compromiso mutuo, en lugar del alejamiento.
Entre los asistentes se encontraba la senadora Minnesotana Amy Klobuchar, quien ha promovido fuertemente el reinicio de relaciones diplomáticas entre ambos países, y que también apoya el restablecimiento de relaciones comerciales. La senadora por Minnesota dijo que estábamos atestiguando, con ese evento, la última fase de unas relaciones completamente quebradas entre dos países, y que se tendría que ser turno ahora para resolver el ya decadente embargo comercial.
“No es cuestión de que si pasará, es solo cuestión de cuándo,” dijo Klobuchar en una entrevista. “La idea de que todos desean viajar a Cuba, y de que somos el único país en el mundo entero que no puede vender cosas en Cuba… Cuando nuestros turistas se queden por acá, se hospeden en hoteles y coman sus comidas, nos gustaría que negocios estadounidenses sean capaces de hacer negocios aquí también.”
Durante su estancia en la Habana, se espera que Klobuchar, en compañía del mismo secretario de estado Kerry, y los senadores Patrick Leahy, demócrata por Vermont, Jeff Flake, republicano por Arizona, y cinco miembros de la casa de representantes, se reúnan con oficiales de gobierno y con propietarios de negocios en la isla.
Entre sus actividades destaca también el poder reunirse con disidentes cubanos en la isla, cosa que, dijo, no hubiera sido posible hace muy poco tiempo dado que el régimen castrista no veía con buenos ojos que dichos ciudadanos se reunieran con representantes de los Estados Unidos.
Cambios que un par de generaciones no habrían pensado incluso, están ocurriendo en el plano de las relaciones internacionales. Este, el restablecimiento de intercambios diplomáticos entre Cuba y los Estados Unidos, es extremadamente significativo, y tendrá, sin duda, impacto en el mundo entero.
