SAINT PAUL, MN
El día de martes, 17 de febrero, Amy Klobuchar, senadora por el estado de Minnesota en Washington, volvió de un viaje singular. Luego de una estancia de cuatro días en la isla de Cuba, Klobuchar volvió a Washington con la intención de seguir promoviendo una iniciativa de ley que ella, y otros cuatro legisladores, has presentado para ser discutida en el seno de este cuerpo legislativo.
A partir del momento en el que el presidente Barack Obama anunciara significativos cambios en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, Amy Klobuchar se ha visto fervientemente activa en la promoción de cambios incluso más significativos en esa materia. Así, la iniciativa que presentó, fue secundada por otros tres legisladores demócratas y dos republicanos, buscando que se levante el embargo a la isla, y que se abra la posibilidad de desarrollar negocios estadounidenses en Cuba, luego de cincuenta años de vigencia.
En la actualidad, y bajo la excepción que permite la actual regulación, bajo términos de “ayuda humanitaria,” negocios de Estados Unidos exportan cerca de $350 millones de dólares a la isla, estimados para el año 2013. En el caso de Cuba, el valor de los productos exportados asciende a cerca de $20 millones. De acuerdo con las estimaciones de la senadora Klobuchar, estos montos podrían duplicarse al levantarse el embargo, y se abrirían nuevas posibilidades incluso.
“Es momento de voltear la página en nuestra política hacia Cuba,” dijo Klobuchar en un comunicado. “Hay muchos asuntos in nuestra relación con Cuba que deben ser atendidos, pero esta legislación que sugiere levantar el embargo comenzará a abrir nuevas oportunidades para compañías Americanas, impulsará la creación de empleos y exportaciones, y contribuirá a mejorar la calidad de vida del pueblo cubano.”
El viaje realizado por Klobuchar, incluyó a otros dos senadores demócratas, quienes sostuvieron reuniones con el ministro del exterior cubano, Bruno Rodríguez Padilla, oficiales de comercio y agricultura, así como con el consulado general de Estados Unidos en Cuba. Ellas son la senadora de Missouri, Claire McCaskil, y el senador Mark Warner, de Virginia. En las reuniones, Klobuchar destacó que hoy existe un número creciente de pequeños negocios que han surgido luego de separarse de las compañías bajo la tutela del estado, incluyendo compañías automotrices manufactureras de ropa, que podrían beneficiarse de exportaciones estadounidenses.
“Esto genera muchísimas oportunidades,” dijo la senadora. “Ellos desean poder contar con más máquinas de costura, ellos desean poder contar con más equipo de agricultura.”
Al ser entrevistada, Klobuchar destacó que existe una necesidad evidente en Cuba por modernizar su infraestructura, luego de visitar el puerto de Mariel, que acaso reemplace La Habana como puerto internacional para gran calado.
“Han comenzado a renovar algunos de esos edificios viejos, mayormente en el área de la Habana Vieja, que son absolutamente hermosos, la vieja arquitectura de hace un siglo. Es realmente algo. Pero aún hay mucho trabajo que se requiere hacer en infraestructura.”
En su viaje a Cuba, Klobuchar fue recibida y tratada como una celebridad, pues su imagen fue reconocida como la de quien promueve el fin del embargo. Así mismo, Klobuchar trajo consigo algunos cigarros cubanos, tan codiciados entre muchos legisladores. “Compré algunos con mi propio dinero para mis amigos,” dijo en una entrevista. “Y hoy todos quieren ser mis amigos.”
Amy Klobuchar cobra así notoriedad como la líder en Washington que promueve la normalización de las relaciones con Cuba, dos meses después del anuncio de Obama, y que sin duda atrae la atención de mucha gente. Muchos a favor de ello, otros en contra. Lo cierto es que una senadora por Minnesota mueve a Washington y a todo el país a su paso.