MINNEAPOLIS, MN
Albert García, reconocido como agente de influencia en la casa de gobierno de la ciudad de Minneapolis, falleció cuando apenas contaba con 56 años, y de forma repentina e inesperada cuando celebraba su 30º aniversario de bodas, según ha sido difundido a partir de la declaración de su amigo cercano Peter Wold, quien también era su abogado. La causa de muerte del ex abogado es aun desconocida, aunque se puede especular, que se trata de complicaciones en la condición de salud del mismo García.
“Al había tenido que enfrentar una condición en su salud relacionada con asuntos del corazón. Es todo lo que puedo decir.” dijo Wold a la prensa local.
García, quien residía en Eden Prairie, y alguna vez presidente de la junta directiva de Centro Cultural Chicano, fue conocido por una espectacular carrera por cuanto a logros y fracasos, todos ellos notables e igualmente espectaculares. Entre ellos, el que en el 2010 hubiera sido descalificado como abogado por parte de la Barra de Abogados de la Supera Corte de Minnesota, como consecuencia de haber sido capturado en un evento que involucraba el manejo de drogas. Incluso llegó a cumplir tiempo en prisión.
Al tiempo en que García intentaba recobrar su licencia como abogado, luego de haber obtenido su libertad en el 2011, se desempeñaba como antesalista ante cortes. Gary Schiff, ex miembro del Concejo de la Ciudad de Minneapolis, escribió al enterarse de la muerte de Garcia: “Era un luchador con un gran corazón para el norte de Minneapolis.”
La influencia de García era reconocida, por cuanto que se supone ayudó a varios políticos a obtener resultados positivos en sus competencias electorales, como es el caso de Jackie Cherryhoes, y Lisa McDonald, quienes obtuvieron el triunfo en sus procesos electorales, con el apoyo de García como elemento importante.
García también colaboró como “lobbista” para diversas firmas, incluyendo en su tiempo a los representantes del Metrodome y de empresas de remolque de autos, así como de sindicatos, del Target Center, e incluso clubes nocturnos en la ciudad.
En 2010, García fue sentenciado a pasar algún tiempo en prisión, logrando su libertad condicional apenas un año después. Ese mismo año, su licencia para ejercer como abogado fue cancelada. Pese a ello, García es reconocido como un importante vocero de causas justas, y hoy no se cuenta con su presencia más.
