Actualización: Tal y como se esperaba, la Arquidiócesis de Minneapolis-Saint Paul ha presentado su petición para declararse en bancarrota. En un mensaje a través de una carta, el Arzobispo John Nienstedt dijo lo siguiente:
“Debo decir que esta acción no evitara en ninguna forma, nuestras responsabilidades hacia ellos que han sido afectados por el abuso sexual de los cléricos. Esto no es un intento para callarles o denegarles justicia en la corte. Por el contrario, queremos responder positivamente al compensarles por su sufrimiento. Los abogados defensores y yo estamos en común acuerdo que prioridad debe darse para proveer recursos hacia las víctimas/sobrevivientes.”
SAINT PAUL, MN
Durante los últimos años, la iglesia católica ha estado en el ojo del huracán. La atención que la institución ha atraído va de la sorpresa por el nombramiento del primer Latino como Papa, hasta la continuación de los escándalos por aquellos sacerdotes que han cometido delitos de pedofilia en el pasado. Consecuencia de esto último, han sido incontables los casos en los que se han llevado casos a juzgados. Como parte del mismo proceso, en muchos casos se ha ordenado que se cubran sendas indemnizaciones a las víctimas de abuso por parte de los sacerdotes.
Acaso como consecuencia de los casos en los que la iglesia se ha visto envuelta, hace algunas horas, trascendió que la arquidiócesis de Saint Paul y Minneapolis está por declararse en bancarrota. Y esto ocurre en el momento justo en el que la misma institución está por enfrentar casos legales en su contra, y más particularmente en contra de tres clérigos señalados por cometer abuso sexual de menores. El proceso iniciará en tan sólo 10 días.
En este mismo medio se había reportado que la arquidiócesis estaría por despedir cerca del 20 por ciento de su personal, para paliar los efectos de un exceso en gastos y mínimos ingresos. Eso ocurrió en Noviembre del 2014. Hoy, luego del cierre fiscal del 2014, la iglesia enfrenta un déficit superior a los $9 millones de dólares. Sin embargo, pareciera ser que diversas arquidiócesis han optado por declararse en quiebra en los Estados Unidos en coincidencia con la necesidad de enfrentar numerosos casos de demandas legales.
“No recuerdo un solo caso en donde la bancarrota no haya sido declarada [en diócesis y arquidiócesis] al momento en el que un proceso legal emerja,” señaló Charles Zech, director de Centro para el Estudio del Manejo de Iglesias, de la Universidad Villanova en Pensilvania. Zech hacía referencia a otros casos en los que se ha apelado protección en los juzgados en contra de demandas y juicios por abuso infantil. Por el momento, la arquidiócesis ha manifestado haber puesto en recaudo $5.3 millones de dólares a fin de compensar a las víctimas de abuso, enfrentado cerca de 25 casos legales, y contando con al menos una docena de casos pendientes.
“Cuando tienes la combinación de $9 millones de dólares en deuda y tres fechas para asistir a corte, la bancarrota es un camino potencial para enfrentar ambos problemas,” expresó Charles Soper, abogado de declaraciones de bancarrota de la Universidad de Minnesota y profesor de derecho en la misma institución.
El hecho es que una declaración de bancarrota, pospondría cualquiera de los casos llevados al juzgado, tanto aquellos que estén en proceso, como los futuros, al menos hasta que la iglesia logre reorganizar sus finanzas para poder mostrar solvencia y enfrentar los casos y los dictados que el juzgado emita. Por ejemplo, el pago de indemnizaciones a las víctimas demandantes.
Así comienza un año para la iglesia católica en las ciudades gemelas, luego de un turbulento 2014, que comenzó de hecho cuando un juez del condado de Ramsey obligó al arzobispo John Nienstedt a revelar los nombres que hubieran sido acusados de abusar sexualmente de infantes. Durante los meses que siguieron a ello, la arquidiócesis enfrentó nuevas revelaciones sobre la profundidad de lo que se cubría en diversos niveles, y sobre quiénes estaban involucrados.
En la arquidiócesis se ha intentado mantener los casos bajo la máxima discreción posible. No se ha logrado del todo, y es de esperar que se vea obligada a enfrentar nuevos escándalos en tanto que la ventana para presentar casos en contra de sacerdotes se cerrará hasta el mes de mayo del 2016.
