EDEN PRAIRIE, MN
El presidente de Estados Unidos Donald Trump, volvió ayer a hacer de la suyas desde su cuenta Twitter al lanzar una advertencia a Puerto Rico afirmando que no puede mantener a FEMA (Agencia Federal de Emergencias), a los militares y a la asistencia enviada a la isla por siempre después del paso del huracán María.
El presidente insistió en tuits que el gobierno federal no puede seguir enviando ayuda “para siempre” sugiriendo que el territorio de Estados Unidos fue el culpable de su dificultades económicas.
Al referirse a la situación que vive la isla, afirmó que “el servicio eléctrico y todas las infraestructuras eran un desastre antes del huracán”, e indicó que “depende del Congreso” la cantidad de dinero federal que se debe aprobar para ayudar en su recuperación.
El poderoso huracán que arrasó con Puerto Rico dejó decenas de muertos, daños materiales de consideración e interrupción del servicio de electricidad en gran parte de la isla dejando muerte y destrucción en una crisis humanitaria sin paralelo.
Trump se contradijo con el mensaje que hizo a finales de septiembre en un encuentro con la Asociación Nacional de Fabricantes de la isla, cuando dijo que “no descansaremos, hasta que las personas de Puerto Rico estén a salvo”.
El debate se desarrollo cuando la Cámara se preparaba para aprobar un paquete de ayuda por desastre por 36 mil 500 billones de dólares, incluyendo asistencia para Puerto Rico. Al respecto el presidente de la Cámara Paul Ryan, dijo que el gobierno necesita asegurarse de que Puerto Rico puede “ponerse de pie” y dijo que Estados Unidos tiene “que hacer más para ayudar a la isla a reconstruir su propia economía”.
La alcalde de San Juan Carmen Yulin Cruz, con quien Trump ha mantenido una guerra de palabras, tuiteó que los comentarios del presidente eran “inapropiados” para un comandante en jefe y “parece que vienen más de un ‘enemigo en jefe’”.
En su declaración Yulin añadió: “Sr. Presidente, parece querer ignorar la moral imperativa que su administración no ha podido cumplir”.
A tres semanas de que María golpeó Puerto Rico, el 83 por ciento de los habitantes de la isla no tienen corriente eléctrica y el servicio de telecomunicaciones opera a un 55 por ciento. El número de gasolineras en se servicio se sitúa en el 80 por ciento. El huracán dejó 48 muertes.
