MINNEAPOLIS, MN
Un buen porcentaje de la población hoy acaso desconoce por completo los cheques, y está menos familiarizado con los libritos en los que soliésemos cargar con ellos, siempre listos para pagar en el supermercado o al hacer otras compras. ¿Lo recuerdas?
La idea era que dichos documentos cumplían con reemplazar el uso de una billetera cargada de eso, billetes, y que nos permitiera desarrollar cualquier operación monetaria sin mayor problema, casi sin importare el monto implicado. Incluso en algunos centros comerciales aun vemos a personas mayores, que continúan escribiendo numeritos en esas pequeñas piezas de papel firmándolos, y arrancándolos del librito. Hasta hace muy poco, y cada día con menor frecuencia, dichos cheques eran puestos en un sobre y enviados por correo a sus destinatarios.
Si se pudiese hacer la historia de estos pequeños documentos, se encontraría que han sido parte de las vidas de muchos a lo largo de siglos, con evidencias de su existencia tan temprano como en el siglo XI, siendo empleados como promesa de pago, por parte de comerciantes viajeros. Su uso más común entonces se registraba en el intercambio comercial del Mediterráneo. Sin embargo, hoy se encuentran en rápido declive, debido a la generalización de pagos digitales, a través del internet, y otros servicios electrónicos. Opciones todas que los consumidores consideran más cómodas y ventajosas.
Incluso hoy el gobierno federal, y en niveles estatales y locales, tiende a alejarse del uso de cheques de papel. En el 2013, el Departamento del Tesoro dejó de enviar cheques por correo a quienes reciben pagos relacionados a los beneficios de Seguro Social. Hoy, dichos beneficiarios reciben sus fondos mensuales a través de depósito bancario directo, o mediante una tarjeta de débito.
Un estudio de la Reserva Federal en torno a los sistemas de pago en el 2013 documenta con lujo de detalle el proceso de cambio y declive del uso de cheques. En dicho documento, se indica que entre los años 2000 y 2012, el número de cheques pagados descendió en más de 50 por ciento, al tiempo que los pagos mediante el uso de tarjetas, depósito directo y otros servicios, se multiplicó por más de 3.
La disminución en el número de transacciones en las que un cheque es cobrado se ha reducido en parte debido a que hoy es posible cobrar los mismos en forma digitalizada, además de que los teléfonos inteligentes hoy cuentan con la posibilidad de ejecutar depósitos directos, mediante una fotografía tomada con el mismo teléfono. Una aplicación que ha adquirido enorme popularidad.
Cabe preguntarse si ha sido la disponibilidad de servicios y aplicaciones electrónicas lo que ha limitado el uso de cheques, o si acaso el evitar escribir, y acaso cometer errores, lo que ha jugado un papel importante. Cualquiera que sea la razón, el servicio postal de los Estados Unidos ha registrado una disminución de 74 por ciento en el número de cheques enviados para el pago de recibos, entre el 2003 y el 2013.
Un fenómeno, el desuso de cheques, que tiene implicaciones más allá del hecho mismo de que no escribamos más cheques. Y que si continúa el proceso de digitalización, acaso quienes no se actualicen quedarán imposibilitados de hacer transacciones monetarias que requerirán el uso de dichos servicios y teléfonos inteligentes.
