MINNEAPOLIS, MN
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este miércoles que confía en que la Reserva Federal (Fed) actuará si es necesario para contener la inflación en el país, y que no está preocupado por la posibilidad de una suspensión de pagos de la deuda soberana.
En un discurso en la Casa Blanca, Biden comentó los nuevos datos de inflación anual en Estados Unidos, que se mantuvo en julio en el 5,4 %, el máximo nivel desde agosto de 2008, sustentada por la subida de los sueldos y la creación de empleo.
“Ahora mismo, nuestros expertos creen -y los principales pronósticos independientes están de acuerdo- que estos cuellos de botella y alzas de precios se reducirán a medida que nuestra economía sigue recuperándose”, subrayó Biden.
“Aunque el informe de inflación de hoy apunta en esa dirección, mantendremos un ojo atento cada mes a la inflación, y confiamos en que la Fed tome las medidas adecuadas si y cuando fuera necesario”, agregó.
El mandatario se refería así al hecho de que los precios de consumo subieron en julio el 0,5%, cuatro décimas menos que el mes anterior, lo que algunos economistas interpretaron como una posible señal de que la inflación ha llegado ya a su pico.
La expectativa de la Reserva Federal es que a medida que se resuelvan los atrasos en suministros generados por la mayor demanda de los consumidores, la inflación se estabilizará más cerca del 2 % anual que el banco central considera como saludable para la economía de EE.UU.
El banco central ha abogado por mantener el estímulo monetario y no planea mover hasta 2023 los tipos de interés, que se mantienen desde hace más de un año entre cero y 0,25 %, pero tampoco ha descartado cambiar de postura si ve “señales” de que la inflación continúa subiendo “de manera clara y persistente”.
Biden aseguró este miércoles que ordenó a su Gobierno “tomar medidas” contra ciertas dinámicas que “mantienen los precios más altos de lo que deberían ser”, y promover una mayor competición en el negocio agrícola y ganadero para abaratar el coste de la cesta de la compra.
Durante otro acto posterior en la Casa Blanca, el presidente se refirió a otro problema que enfrenta el país: la perspectiva de que Estados Unidos pueda entrar en suspensión de pagos si el Congreso no actúa para elevar el techo de la deuda antes de octubre o noviembre.
Preguntado por un periodista por si le preocupa ese problema, Biden contestó que no, y expresó su confianza en que la oposición republicana ceda en su negativa a aumentar el límite de endeudamiento del país.
“Ellos (los republicanos) no van a dejar que entremos en suspensión de pagos”, aseguró el mandatario, que añadió que ese partido permitió que se añadieran “8 billones de dólares” a la deuda nacional durante los cuatro años de mandato de Donald Trump (2017-2021).
El Departamento del Tesoro puso en marcha “medidas extraordinarias” a partir del pasado 2 de agosto para evitar que la Administración incumpla sus obligaciones, como la suspensión de la venta de bonos, la vía con la que Estados Unidos financia su deuda.
Se espera que esas medidas permitan tener efectivo a EE.UU. hasta octubre o noviembre, momento en el que se produciría la temida suspensión de pagos de la deuda soberana, según un análisis de julio de la Oficina de Presupuesto del Congreso. EFE News llb/lb/rrt