MINNEAPOLIS, MN.-
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, mantuvieron este lunes una reunión “productiva” para tratar de elevar el techo de deuda, pero sin llegar todavía a un acuerdo.
“Creo que el tono esta noche fue mejor que cualquier vez anterior. (…) Siento que fue productivo”, dijo el conservador a su salida de la Casa Blanca.
Aun así, McCarthy criticó que cada propuesta de los demócratas pasa por aumentar el gasto público, y aseguró que Estados Unidos “tiene un problema de gasto”.
Con todo, el conservador avanzó que probablemente mantendrá conversaciones con Biden cada día hasta que se resuelva el impás de la deuda.
Por su parte, el mandatario destacó que ambos descartaron la posibilidad de una suspensión de pagos y que la única forma de avanzar es “un acuerdo bipartidista”, según un comunicado de la Casa Blanca.
“Si bien hay áreas en las que no estamos de acuerdo (…) seguiremos debatiendo sobre cómo avanzar”, confió el demócrata.
En declaraciones previas a la reunión, Biden destacó que durante su presidencia el déficit se ha reducido en 1.7 billones de dólares, por lo que está de acuerdo con McCarthy en la necesidad de mantener unas finanzas responsables, pero que también es importante arreglar las “lagunas fiscales”.
La charla de este lunes es la última en una serie de reuniones de última hora entre los máximos representantes de los dos grandes partidos y el Gobierno para tratar de aprobar un aumento del techo de deuda antes de que el país se enfrente a una suspensión de pagos.
El Departamento del Tesoro estima que esta situación sin precedentes podría darse tan pronto como el 1 de junio, si el Congreso no logra llegar a un acuerdo antes.
McCarthy afeó a la Administración de Joe Biden que hayan tardado tanto en convocarlo a una reunión en la Casa Blanca, destacando el hecho de que la Cámara de Representantes, bajo control de los republicanos, aprobó el mes pasado un proyecto de ley que aumentaría el techo de deuda a cambio de amplios recortes del gasto público.
El Gobierno, por su parte, ha mantenido siempre que las negociaciones sobre el presupuesto no deben vincularse al techo de deuda, que debería ser elevado sin discusión para evitar que la credibilidad del país se vea mermada en los mercados internacionales.
Estados Unidos nunca ha incurrido en un impago de su deuda nacional, pero cada cierto tiempo se asoma a esa posibilidad ya que, a diferencia de otras naciones, su Ejecutivo solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea conveniente.
El límite actual, de 31.4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado mes de enero. El Gobierno está recurriendo actualmente a dinero en sus reservas para pagar las deuda que ha contraído, pero el Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio.
Biden decidió suspender el viaje que tenía previsto hacer a Australia y Nueva Zelanda tras la cumbre del G7 en Japón para poder volver antes a Washington y proseguir las negociaciones, estancadas porque los republicanos pretenden supeditar un aumento del techo de deuda a recortes en el gasto, mientras los demócratas rechazan vincularlos.