MINNEAPOLIS, MN
A través de su cuenta de Twitter, el presidente electo, Donald Trump, informó que cancelará la orden para la construcción del avión presidencial por considerarlo muy costoso, la aeronave es un Boeing 747.
Al parecer la decisión es noticia nueva para todos, ya que durante la campaña Trump no hizo mención del avión, esta información hace pensar que él quiere seguirá usado su aeronave personal, un Boeing 757.
Lo que no es muy del agrado del Servicio Secreto y del Departamento de Defensa, ya que además de conveniente, el Air Force One blanco y azul reconocido a nivel mundial, está equipado con sistemas de comunicación ultra secretos desde los cuales se conducen conversación del trabajo diario y crisis globales, en caso de ser necesario. Además de otras características secretas de seguridad.
Boeing is building a brand new 747 Air Force One for future presidents, but costs are out of control, more than $4 billion. Cancel order!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 6, 2016
El actual avión presidencial fue ordenado durante el mandato de Ronald Reagan, pero fue George Bush el primero en usarlo. Aunque después del anuncio de Trump no se sabe cuando podrá ser remplazado.
En su cuenta de Twitter, Trump acusó a Boeing de estar subiendo el precio: “El avión está fuera de control, va a costar más de 4 billones y creo que es ridículo. Creo que Boeing está escalando el precio. Queremos que Boeing haga mucho dinero, pero no tanto.”
La empresa dijo en un comunicado, que siguen comprometidos en la construcción del Air Force One, sin embargo no mencionó a Trump o su publicación en Twitter. El vocero de Boeing, Todd Bletcher dijo que el gobierno de Estados Unidos ya ha firmado un contrato por 170 millones de dólares con la empresa.
Además de lo último en sistemas de comunicación, la aeronave de 4 mil pies cuadrados, cuenta con recamara y oficina para el presidente, sala de conferencia y una cabina en la que viajan representantes de los medios de comunicación.
El tuit del presidente electo de Estados Unidos, trae a colación la polémica que generó, no solo la compra del avión del presidente de México, Enrique Peña Nieto, sino la construcción del hangar para guardarlo.
Ambos aviones presidenciales, son aparatos Boeing. La flotilla de dos aviones de Estados Unidos es un 747-200B y el de México solía ser un Boeing 757-TP-01, ambos comenzaron a volar en 1987, aunque las de Estados Unidos han sido modificadas varias veces.
La nueva aeronave, encargada por el actual Departamento de Defensa sería entregada hasta el 2023, será más poderosa, podrá recorrer distancias más largas y tendrá mejor tecnología y será capaz de abastecerse de provisiones y combustible en pleno vuelo. El nuevo 747-8 estará robustecido por el impulso electromagnético de una explosión nuclear y equipado con el más avanzado equipo de misiles.
Mientras tanto en México, un país que no se compara para nada con la riquezas de este, el avión Boeing 787-9 Dreamliner es el segundo más caro del planeta, con un precio de contado de 127 millones de dólares, según información proporcionada por Forbes.
El costo del avión se disparó cuando se adquirieron refacciones, sistemas de defensa para evitar que sea derribado, un nuevo equipo de cabina de pilotos, un hangar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y un seguro para protegerse del tipo de cambio. ¿El precio final del avión? 461 millones de dólares, pagaderos por más de 15 años.
¿Y cual es el avión presidencial más caro?
Nada más y nada menos que el de Arabia Saudita, uno de los países más ricos del mundo, también un Boeing 747 con un valor de 520 millones de dólares y que es considerado el avión mas lujoso. Le sigue el de México, en precio y en tercer lugar está el Airbus A380 que usa el dictador de Zimbabue, Rober Mugabe, valuado en 400 millones de dólares.
Luego le sigue el actual Air Force One del presidente Barack Obama, con un valor de 325 millones de dólares, con capacidad para más de 100 pasajeros.
El nuevo medio de transporte del presidente mexicano, mide 57 metros de largo por 60, tiene capacidad para 80 pasajeros, a pesar de su amplia capacidad y permite hacer viajes trasatlánticos, unos 15 mil 750 kilómetros sin necesidad de reabastecerse de combustible, poco más de la distancia entre la Ciudad de México y Tokio.
De acuerdo a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de México, el Dreamliner tiene un área de trabajo de 14 asientos para personal del Estado Mayor Presidencial, 24 asientos para funcionarios y 42 asientos para personal de apoyo y representantes de medios; un área de trabajo para el titular del Ejecutivo federal que consta de despacho y área de descanso, según información que aparece en la revista Proceso.
