MINNEAPOLIS, MN
Casi 17 millones de trabajadores han perdido su trabajo en apenas 21 días, después de que la semana pasada otros 6,6 millones solicitaran el subsidio por desempleo en Estados Unidos, lo que representa la muestra más significativa del impacto de la pandemia del coronavirus en la economía del país.
La cifra semanal de peticiones de prestaciones por desempleo, anunciada este jueves por el Departamento de Trabajo, fue levemente menor que los 6,867 millones -un número sin precedentes- de la semana anterior, pero aún así superó las expectativas de los analistas, que habían calculado la pérdida de unos 5,25 millones de puestos de trabajo.
El promedio de solicitudes en las últimas cuatro semanas, que compensa la volatilidad de los datos semanales, subió al nivel sin precedentes de 4,2 millones.
En la semana que concluyó el 28 de marzo había 7,4 millones de personas recibiendo prestaciones por desempleo, otra cifra sin precedentes, comparada con los 4,4 millones en la semana anterior.
El dato sobre las solicitudes por desempleo no refleja toda la realidad del mercado laboral, ya que los trabajadores independientes y las personas empleadas sin contratos no podían acceder a estos beneficios bajo las reglas vigentes antes de la crisis.
Con casi el 75 % de la población estadounidense confinada en sus hogares, los analistas esperan que continúen aumentando las solicitudes de seguro de paro y la perspectiva de que pasen meses antes de que se reanuden las actividades económicas normales.
Una encuesta de Gallup encontró esta semana que el 40 % de los estadounidenses cree que la economía está ya en recesión, y un 30 % cree que ha entrado en una depresión. Combinados los dos tatos, la percepción negativa del panorama en la mayor economía del mundo ha crecido en 12 puntos porcentuales en una semana.
La semana pasada el Gobierno informó de un salto del índice de desempleo al 4,4 % en marzo, respecto al 3,5 % de febrero, por el severo impacto económico de la pandemia del coronavirus. Los datos de marzo son peores para los hispanos, con un índice de desempleo del 6 %, y para los afroamericanos con uno del 6,7 %.
Las filas de los desempleados parecen haber crecido más que el récord anterior de 15,3 millones de desocupados en los peores momentos de la Gran Recesión de 2007-2009.
La Oficina de Presupuestos del Congreso, un órgano no partidista, ha apuntado que el desempleo podría ubicarse en el 12 % al final del segundo trimestre del año, y que la economía entrará en recesión.
Las cifras semanales del Departamento de Trabajo sugieren que el índice de desempleo ya ha superado el 13 % y ha sobrepasado la marca del 10 % en octubre de 2009, cuando la mayor economía del mundo empezaba a salir de la recesión.
Para contrarrestar los efectos de esta pandemia, el Congreso ha aprobado y el presidente Donald Trump ha promulgado el mayor paquete de estímulo fiscal de la historia, por valor de más de 2 billones de dólares.
Esto incluye la ampliación de la cobertura por desempleo lo cual, por primera vez, permite que los trabajadores independientes, como los conductores de vehículos para Uber y Lyft, soliciten el subsidio. Asimismo, incluye la transferencia directa de efectivo a los hogares y fondos multimillonarios para subsidiar a las pequeñas y medianas empresas.
En la primera semana de abril, las solicitudes del seguro de paro alcanzaron números sin precedentes en California, Georgia, Michigan y Nueva York. California, el mayor estado del país, ha recibido en las últimas tres semanas más de 2,5 millones de pedidos de ayudas por desempleo.
Pero las cifras reales podrían ser aún más altas dado que varios estados han tenido dificultades para procesar los trámites o habían rechazado temporalmente las solicitudes de trabajadores que no hubieran reunido los requisitos para recibir el subsidio bajo las reglas vigentes antes de la emergencia.
A poco de conocerse el dato sobre los subsidios por desempleo, la Reserva Federal (Fed) anunció un nuevo programa de préstamos de 2.300 millones de dólares para respaldar a las pequeñas y medianas empresas y a los gobiernos estatales y locales.
Los préstamos irán destinados a empresas con hasta 10.000 empleados y menos de 2.500 millones de ingresos en 2019, y permitirán el aplazamiento de los pagos de intereses y de capital en un año. Otros 500.000 millones de dólares se destinarán a respaldar las maltrechas finanzas de los gobierno locales y estatales.