MINNEAPOLIS, MN
“Mi temor real es que todavía haya autores de abusos que trabajen con menores y que sigan de ‘scouts”, dijo a Efe Josh Peck, uno de los abogados que representan a las víctimas de supuestos abusos sexuales por parte de miembros de Boy Scouts of America (BSA, en inglés), que se declaró este martes en quiebra.
La medida de BSA es considerada por los letrados como una argucia para evitar la publicación de los nombres de los presuntos perpetradores de abusos: “Su objetivo es que la información nunca se haga pública”, denunció Peck, que trabaja para el bufete Jeff Anderson & Associates, en una entrevista telefónica.
Esta firma legal representa a 200 víctimas en distintas partes del país, como Minnesota, California, Nueva Jersey y Nueva York, con edades comprendidas entre los 20 y los 90 años, que sufrieron presuntos abusos cuando eran menores.
LOS ARCHIVOS SECRETOS DE LA PERVERSIÓN
BSA presentó este martes un documento ante el tribunal de bancarrotas del distrito de Delaware para declararse en suspensión de pagos, en un momento en que afronta cientos de demandas por abuso sexual por parte de sus afiliados y a una reducción drástica del número de asociados.
Peck explicó que durante años la organización juvenil ha mantenido en secreto los llamados “archivos de la perversión”, donde desde la década de 1920 ha documentado miles de casos de abusos a menores, que su bufete ha tratado de hacer públicos.
“En agosto pasado, intentamos que un juez nos permitiera hacer esa información pública después de que la recibiéramos en una denuncia contra los Boy Scouts, pero ellos lograron convencer al juez no solo de que no se publicara esa información, sino también de que teníamos que devolverla a los Boy Scouts”, señaló el abogado.
En ese sentido, indicó que el objetivo del grupo es aparentar que es una organización segura que no supone ninguna amenaza, aunque “desafortunadamente los pedófilos sienten atracción hacia organizaciones como los Boy Scouts, y no quieren que la información sea conocida públicamente”.
POSIBLES ABUSADORES, EN ACTIVO
De hecho, los abogados de las víctimas no descartan que muchos de los posibles autores de abusos sigan en activo trabajando con menores.
En 2019, la experta en psiquiatría de la Universidad de Virginia Janet Warren declaró ante un tribunal que había tenido acceso a los “archivos de la perversión” y que había detectado casi un millar de agresores sexuales entre 1944 y 2016, y unas 12.000 víctimas identificadas.
Pese a estos indicios, la declaración de bancarrota de BSA conseguirá que todo el proceso judicial se alargue.
“Una de las cosas principales que ocurrirá es que los litigios actuales, cualquier pleito en marcha, se detendrá, de acuerdo a la ley de bancarrota, que lo denomina estado automático”, detalló Peck, que subrayó que, aun así, “es importante que los supervivientes sepan que todavía pueden traer sus denuncias, lo único que habrá que llevarlas a una corte de bancarrotas en vez de a los canales habituales”.
ACREEDORES DE LOS BOY SCOUTS
En consecuencia, “podemos seguir luchando para lograr una rendición de cuentas para los supervivientes que sufrieron abusos cuando eran exploradores. Y podemos seguir luchando para conseguir que los documentos que Boy Scouts ha tenido en secreto durante casi un siglo sean publicados para que se conozca la amenaza”, remarcó.
A este respecto, el letrado avanzó que al pasar el proceso a una corte de bancarrotas, las víctimas tendrían que presentar lo que se denomina “una prueba de la demanda de que se convierten en acreedores de los Boy Scouts”.
“El proceso puede llevar años, aunque hay esperanza para los supervivientes y de compartir su secreto -agregó-. Sabes, no va ser una reparación instantánea cuando compartes tu historia pero es importante para ellos poder compartir su historia y lograr una rendición de cuentas, y saber que todavía pueden hacerlo pese al proceso de bancarrota”.