MINNEAPOLIS, MN
Parecía un comunicado de prensa más, de esos que llegan los Lunes por la mañana. Un crimen, un arresto.
Pero la situación comenzó a crecer a través de la mañana de Martes, se supo que el hombre sospechoso habría muerto y habría fallecido después de una disputa con un oficial de la policía. Que al parecer el hombre estaba bajo la influencia de algo, o que tal vez tenía un episodio de alguna enfermedad; nada de eso importó al saberse que existía evidencia de lo que ocurrió y que cada uno de nosotros podríamos ver, analizar y juzgar.
Si el hombre cometió delito o no, ya no importó; lo único que puede verse en imágenes de video hasta hoy es la interacción y la frialdad con la que un oficial de la policía controló y mantuvo sometido a un hombre, en el suelo.
“Esto no solamente afecta a la comunidad afroamericana, afecta a todos” se escuchó durante una protesta por la tarde.
En City Hall, una conferencia de prensa por la tarde, el Alcalde de la ciudad junto con el Jefe de policía de Minneapolis se pronunciaron en repudio y decepción por el resultado de la acción; anunciaron el despido inmediato de los cuatro oficiales involucrados en el arresto después de saberse de la muerte del sospechoso.
El hoy occiso, George Floyd fue arrestado el día domingo poco después de las 8pm, aparentemente por falsificación. Hoy miles reclaman su muerte y exigen justicia, una justicia que implica tal vez más que cuatro oficiales en despido.
Las imágenes de un video muestra a Floyd al parecer, se resistía al arresto. Un video tomado por un peatón muestra una sección del arresto, con Floyd ya en el suelo y con un oficial de policía encima de él, sospechoso.
El arresto forzado y fríamente violento parecía exitoso hasta cierto momento, con el sospechoso yaciendo clamando por liberar la presión y respirar, y con un policía postrado sobre él frío y calmado para controlar la ya poca resistencia del arrestado.
Unos minutos más tarde, era tiempo para poner esposas, levantarle y llevarle a la comisaría, pero no; habría que dominarlo y con la presión de su rodilla sobre el cuello del sospechoso, el policía le inhabilitó al grado de dejarlo inconsciente, oficialmente aun vivo.
Al darse cuenta de que tal vez se les había “pasado la mano”, tal vez solo al ver inconsciente (ya por unos minutos) al hombre; los oficiales decidieron llamar a una ambulancia. Oficialmente a tiempo, aparentemente muy tarde, los paramédicos tomaron al sospechoso y le llevaron al hospital donde más tarde se declaró muerto.
Las imágenes son brutales, se recomienda cautela al ver.