Nueva York, NY
Michael Cohen, el que fuera abogado personal del presidente estadounidense, Donald Trump, protagonizó hoy un inesperado episodio en la investigación de la denominada trama rusa al admitir que engañó al Congreso sobre los detalles de un negocio inmobiliario del magnate en Rusia “por lealtad”.
Cohen, de 52 años, se presentó por sorpresa este jueves por la mañana en una corte federal de Manhattan (Nueva York) y se declaró culpable de un nuevo cargo de la Fiscalía especial que encabeza Robert Mueller y que investiga los vínculos entre la campaña electoral de Trump en 2016 y el Kremlin.
Mueller acusó en la imputación de hoy al exletrado de Trump, vicepresidente ejecutivo de su compañía entre 2007 y 2017, de haber hecho “deliberadamente” declaraciones “falsas” a los comités de Inteligencia de las dos cámaras del Congreso sobre las negociaciones de una potencial Torre Trump para Moscú que finalmente no se construyó.
“Como bien sabía Cohen”, destacó la Fiscalía, sus “falsas y engañosas” declaraciones buscaban “minimizar los vínculos” del magnate con el proyecto inmobiliario y “dar la falsa impresión” de que se zanjó antes “de la asamblea electoral de Iowa” y de las primarias, a la espera de “limitar las investigaciones sobre Rusia”.
De acuerdo a medios locales, Cohen declaró en el tribunal que hizo “tergiversaciones para ser coherente con el mensaje político” de Donald Trump y por “lealtad” a él.
El abogado declaró al Congreso que había dejado de considerar el proyecto de Moscú en enero de 2016 sin “debatirlo a fondo”, pero hoy admitió que lo abordó “varias veces” con el propio magnate y sus familiares hasta junio de ese año, durante la campaña electoral.
De la imputación de la Fiscalía se desprende también que Cohen mintió sobre un viaje a Rusia con motivo de ese negocio, que dijo que no llegó a acordar y “nunca consideró” pedir a Trump, cuando en realidad sí que lo acordó y “tomó medidas” para un “posible” traslado del empresario a ese país.
Además, negó ante los comités investigadores del Congreso haber logrado respuesta del Kremlin ni ningún contacto sobre el proyecto inmobiliario, pero de acuerdo a la declaración de hoy sí se relacionó en enero de 2016 con la oficina del secretario de Prensa del presidente ruso y habló con un miembro sobre ello.
Tras la breve intervención en los tribunales del que fue uno de sus hombres más cercanos durante años, el presidente Donald Trump restó credibilidad al nuevo desarrollo de la trama rusa desde la Casa Blanca, antes de partir a Argentina para la Cumbre del G20.
Trump calificó a Cohen como una “persona débil y no muy inteligente” que miente para lograr “una reducción de condena”, recordó que la Torre Trump no se construyó en Moscú y descartó que los cargos contra su exabogado guarden “relación alguna” con la compañía a su nombre.
Se trata de la primera imputación que le hace Mueller, quien hasta ahora había derivado a la fiscalía federal otros cargos relativos al exabogado, como los ocho delitos fiscales de los que se declaró culpable el pasado agosto, involucrando a Trump.
Para el cargo del que hoy se declaró culpable, Cohen tiene programada la sentencia el próximo 12 de diciembre y se enfrenta a un máximo de cinco años en prisión, una multa de 250.000 dólares y tres años de libertad vigilada a lo sumo.
Dentro de dos semanas recibirá una sentencia por los cargos de los que se declaró culpable en agosto, de fraude y financiación irregular de campaña electoral por el pago a dos supuestas examantes del magnate para acallarlas de cara a los comicios de 2016.
Hoy, a cambio de admitir su culpabilidad y cooperar formalmente con el fiscal Mueller, con cuyos investigadores se ha entrevistado Cohen en varias ocasiones, el letrado tendría la expectativa de recibir una sentencia menos dura.