SAINT PAUL, MN
Al parecer algo positivo resulta de lo negativo. En el caso particular de los “comentarios racistas” del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, especialmente los expresados la semana pasada, podrían permitir que un mayor número de personas puedan evitar ser deportadas. En sus comentarios, Trump indicaba que el país debería atraer migrantes de países como Noruega, y no de “países cloacas” como Haití, El Salvador.
Trump ha calificado a esos países de tal forma, al tiempo que hacía una defensa de su decisión de cancelar el programa de Estatus Temporal de Protección (PTS por sus siglas en inglés), y que ofrece no deportar personas provenientes de países afectados por guerras o desastres naturales, ofreciendo permisos temporales de trabajo. Este programa favorece a personas originarias de El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.
Bajo la ley, y con el consentimiento de la opinión pública, el presidente tendría derecho de modificar programas como el TPS, pues caería en su autoridad como jefe del ejecutivo. Sin embargo, al enmarcar dicha medida con argumentos claramente discriminativos, habida cuenta que quienes viven en Noruega son blancos, y quienes vienen de Haití y Sudán son mayoritariamente negros, es bastante probable que la administración deba comparecer de nueva cuenta ente una corte, a fin de defender la constitucionalidad de sus actos.
La ley impide establecer ninguna medida con base en justificaciones racistas.
Por ello, los argumentos del presidente, se convierten en un elemento favorable para quienes defienden a personas que se encuentren enfrentando procesos de deportación. Sin duda usarán esos argumentos en favor de sus defendidos.
El abogado Luis Mancheno, quien trabaja para la organización Bronx Defenders, dijo que estaría seguro de que emplearía cualquier que esta administración haga discriminando en contra de alguien, con base en su nacionalidad y su perfil racial, si ocurre que el cliente con que se trabaja es originario de Haití, El Salvador, o África. O, incluso, en favor de cualquier persona que no sea originaria de Noruega.
Por lo pronto, no ha habido ningún grupo que haya anunciado iniciar ninguna acción en contra de la decisión del gobierno de Trump de suspender el TPS para países que ha calificado de “cloacas.” Sin embargo, se prevé, según algunos abogados de inmigración, que los comentarios del presidente podrían ser empleados como evidencia en apoyo de cualquier reclamo de que Trump habría cancelado el programa con base a criterios discriminatorios.
Desde la perspectiva de algunos, el régimen actual ofrece a los abogados una casi continua serie de evidencias circunstanciales que pueden ser empleadas para asegurar que existen sesgos en las políticas planteadas, con base en discriminación racial. El último evento, con el calificativo que puso sobre los países a que se refirió, se considera como una clara indicación de que el presidente tiene puntos de vista discriminatorios y racistas que tienen gran influencia en sus preocupaciones políticas, lo cual incluye la cancelación del TPS.
Los últimos calificativos racistas de Trump se suman a los tantos que han sido ya parte del discurso por parte de abogados y legisladores, incluyendo el calificativo de violadores que dio a los mexicanos durante su campaña, acusándoles además de traer el crimen a los Estados Unidos. Asimismo al acusar a quienes portaban la bandera mexicana en una protesta de ser “criminales y bandidos,” forma parte de la colección de comentarios derogatorios y de discriminación con base a nacionalidad.
¿Cuánto más veremos acumularse?
