EDEN PRAIRIE, MN
El secretario de Estado de Estados Unidos Rex Tillerson, anunció ayer que la administración del gobierno de Trump está pensando en la posibilidad de cerrar su embajada en Cuba, ubicada en La Habana.
La razón, según Tillerson se debe a “una serie de inexplicables incidentes que han dañado la salud de los diplomáticos estadounidenses”.
En una entrevista para el programa político Face de Nation de CBS, el secretario calificó el asunto como grave en cuanto al daño ocasionado a la salud de los diplomáticos, a tal punto que algunos han tenido que regresar al país.
Aunque no especificó el tipo de deterioro que sufrieron los diplomáticos, informó que por lo menos 21 representantes han tenido “ataques de salud y se encuentran bajo evaluación”. Algunos tienen pérdida auditiva crónica o conmoción cerebral, mientras que otros sufren nauseas, jaquecas, zumbidos, dificultad para concentrarse o para recordar cosas recientes.
El incidente más reciente ocurrió el 21 de agosto, según un funcionario que pidió permanecer en el anonimato. El gobierno estadounidense ha advertido que la cifra de personas afectadas podría aumentar a medida que más personas comiencen a reportar los efectos.
Los investigadores sospechan que la causa que aqueja a los diplomáticos pudo haber sido causada por “ataques sónicos” ya que algunos de los afectados sintieron vibraciones o escucharon sonidos que misteriosamente solo se percibían en algunas partes de ciertas habitaciones . Otros no escucharon nada pero luego desarrollaron síntomas.
También existe la hipótesis, además de las ondas sónicas, las de un arma electromagnética o una misión de espionaje fracasada. Tampoco se ha descartado la posibilidad de que haya sido otro país o sabotaje en el interior del aparato de seguridad cubano.
El gobierno de Cuba por su parte, niega haber sido el responsable y ha dicho que está dispuesta a ayudar en la investigación. Mientras Tillerson los califica como “ataques de salud”, por ahora el Departamento de Estado prefiere llamarlos “incidentes”. Aún no se determina la causa o los culpables.
Algunos legisladores han activado la voz de alarma de lo ocurrido y han pedido que se cierre la embajada, otros han pedido a Tillerson que expulse a los diplomáticos cubanos de suelo estadounidense.
Tras medio siglo de hostilidades, las embajadas reabrieron en el 2015, hasta ahora los comentarios de Tillerson son el indicio más sólido de que Estados Unidos contempla una respuesta diplomática enérgica para romper la corta relación entre los dos países.