COON RAPIDS, MN
Myriam Parada conducía su auto, repleto de niños, al volver de una fiesta de cumpleaños en Coon Rapids, Minnesota. Había atendido a la celebración de su hermana menor. En el auto viajaban la misma hermana, y otros familiares, incluyendo una pareja de primos. Era el verano del 2017, y Myriam contaba con escasos 20 años de edad, cuando fue alcanzada, por la parte de atrás, por un vehículo conducido por una mujer blanca.
Myriam Parada fue detenida por el ICE, debido a que, de acuerdo con la Unión de Libertades Civiles de los Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés), a la vista del policía que acudió al lugar del accidente, Myriam no se identificó de forma apropiada, mostrando “tan solo” su matrícula consular.
Asimismo, y siguiendo los mismos argumentos de la ACLU, la mujer que habría golpeado el auto que conducía Myriam, contaba con una serie de convicciones relacionadas con violaciones de tráfico a lo largo de los cinco años previos, incluyendo el conducir intoxicada y el haber violado los límites de velocidad. Y fue precisamente la mujer infractora quien llamó al número de emergencias, 911, a lo que el oficial Nicolas Oman, de Coon Rapids, respondió de inmediato.
El oficial Oman dijo a la mujer responsable del acto que se retirara, quedando en la escena del accidente, prestando más atención a Myriam, y al hecho de que no habría presentado su licencia de conducir, según se desprende del testimonio de ACLU, que acompaña a una demanda legal en contra de las autoridades de Coon Rapids.
De acuerdo con la demanda presentada por la ACLU, Myriam Parada habría llegado a los Estados Unidos en forma legal, y ha vivido en el país por muchos años, habiendo llegado cuando era una pequeña. Al momento del accidente, Myriam sólo contaba con la identificación que ofrece el Consulado Mexicano en Minnesota, que es la Matricula Consular, misma que fue considerada como una identificación insuficiente, bajo la perspectiva del oficial de policía Nicolas Oman. Ello fue un argumento suficiente para que el oficial encarcelara a Myriam, luego de presentar su reporte, llevándole a la cárcel del Condado de Anoka.
Para ACLU, esto es una violación a leyes elementales, dado que la Matricula Consular identifica al portados incluyendo su dirección, nombre y fecha de nacimiento, además de la foto de la persona que la porta. Y, dado el acuerdo entre México y los Estados Unidos, la Matrícula Consular debe ser considerada como una identificación oficial.
El problema, sin embargo, no concluye aquí, dado que Myriam fue retenida en prisión con base en su nacionalidad, y bajo la sospecha de su status migratorio, lo que la llevó a una entrevista con una persona mayor, quien se identificara como personal del condado de Anoka. Siguieron una segunda y tercera entrevistas, en las que Myriam fue obligada a entrevistarse con personal el ICE, policía de migración, quienes le indicaron que, si optaba por no solicitar la presencia de un abogado, su caso se “resolvería” en forma expedita.
Poco más adelante, de acuerdo con la demanda de ACLU, Myriam fue removida de su celda, siendo esposada por agentes del ICE, y transportada a la Cárcel del Condado de Sherburne, ante lo cual la familia de Myriam habría cubierto la fianza para sacarle de la cárcel.
Hoy, Myriam Parada enfrenta un procedimiento de deportación abierto por el ICE, como consecuencia de haberse visto envuelta en un accidente de tránsito del cual no fue responsable, habiendo sido su auto golpeado por una persona con antecedentes. Sin embargo, porque ella ha sido considerada como residente “indocumentada” en el condado, ni se sigue ningún procedimiento contra la infractora blanca que cometió el delito, y sí se le han elaborado cargos por asuntos no relacionados con el accidente.
De acuerdo con ACLU, la situación es injusta, y se traduce en una demanda por $375,000 dólares de compensación por daños, además de una liberación inductiva para ella misma y quienes resulten afectados, previniendo que las agencias de aplicación de la ley detengan equivocadamente y encarcelen a personas con base en su nacionalidad o con base en sospechas de sus estados migratorios.
Para Myriam, hoy se vive un viacrucis que no tiene nada que ver con la Semana Santa, y que sin embargo es un elemento común, incluso en estados en donde se ha establecido que las autoridades locales no colaborarían con el ICE en casos similares. Doble estándar, doble moral, y siempre los mismos afectados.
