MINNEAPOLIS, MN
La semana pasada se dio nota en la prensa, y en diversos medios, de una serie de ataques cibernéticos alrededor del mundo entero. Esto es, alrededor de 200,000 objetivos han sido atacados por un sistema malicioso que se ha difundido a través del internet, accediendo a múltiples sistemas de cómputo, a cual más complejos, con la intención de solicitar el pago de una suma de dinero a fin de que no se introduzca un virus letal en el mismo sistema.
Esta situación no es novedosa, por cierto, ya que en la actualidad el ejercicio de contaminar sistemas a distancia (baste el ejemplo de la invasión rusa a los correos electrónicos de Hillary Clinton en la pasada campaña electoral) se ha convertido en uno muy popular entre jóvenes que han desarrollado la habilidad de creación de complejos sistemas dañinos a otros. En muchos casos tan solo por diversión, en otros, por que reciben pago por ello, e incluso en otros, al servir a otros intereses.
A lo largo de la semana, el programa de chantaje a que hacemos referencia, conocido como WannaCry (quiere llorar), se introdujo en múltiples sistemas que emplean el sistema Microsoft Windows como operativo, y debido a que el mismo tiene aún una serie de puntos vulnerables, abriendo acceso a ataques cibernéticos, sin que sistemas anti-virus y anti-espías, como McAffee, puedan evitarlo.
El sistema malicioso se encontraba en manos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés), de donde aparentemente fue extraído, ya fuera a través de un robo o bien por haber sido extraído por parte de alguien que tenía acceso al mismo en la Agencia. Una vez que se dio a conocer el hecho, en abril pasado, Microsoft desarrolló un escudo de protección, que debía ser instalado de inmediato, cosa que no ocurre especialmente entre firmas grandes, ya que cualquier actualización de sistema implica un proceso largo dada la cantidad de información que se maneja, y la imposibilidad de actualizar sus programas en lo inmediato. Así miles de dichas firmas optaron por correr un riesgo que ha resultado hoy costosísimo.
Han sido 150 los países en los que se ha reportado casos de incursiones de ese programa malicioso, destacando grandes firmas mundiales como FedEx, Nissan e incluso sistemas nacionales de Salud, como el del Reino Unido. En este último caso, algunos hospitales quedaron paralizados debido al ataque cibernético, que forzó a la cancelación de operaciones y a la desviación de ambulancias a hospitales más seguros.
Pero, ¡hay que estar alerta!
Si bien por el momento se ha reportado que el ataque ha afectado a grandes corporaciones (Best Buy decidió cerrar su servicio de internet a fin de evitar un posible ataque, por ejemplo), este puede llegarte a afectar en tu computadora personal. Si no lo has hecho, debes actualizar tu sistema Windows de inmediato. Así, debes primero desactivar el servicio de Bloqueo de Mensajes (Message Block); debes instalar el escudo de Microsoft; respalda tu información en un disco duro portátil o externo; instala las actualizaciones que estén disponibles de Windows; y, acaso más importante, emplea un sistema de seguridad que sea confiable.
