SAINT PAUL, MN
Ante el reconocimiento de que los negocios liderados por personas pertenecientes a grupos minoritarios en los Estados Unidos, el gobierno federal anunció hace algunos años la implementación de un programa de apoyo a los mismos. La intención era interponer recursos para que las diferencias no se tradujeran en desventajas, por lo que se invitó ampliamente a los líderes a obtener certificación como tales. Para muchos, eso significaría abrir las puertas de los estados a los negocios liderados por minorías.
Ese fue el caso del afroamericano, quien luego de obtener la certificación, y cuando han pasado ya mas de 10 años, el número de contratos que ha obtenido por parte del estado, como parte del proyecto de apoyo, se traduce en cero. Esto es una inconsecuencia, habida cuenta de que el mismo Denny cuenta con contratos federales, y sin embargo no ha logrado obtener ninguno a nivel estatal, y se ha visto enviando propuestas incansablemente, con la esperanza de que las cosas cambien.
Y este es solo un caso para ilustrar la realidad de los negocios liderados por minorías, pues los datos existentes muestran que los contratistas de color obtienen una rebanada muy pequeña, casi inexistente, del pastel de $2,000 millones de dólares que se asignan anualmente para dichos contratos. Lo peor del caso, es que el mismo estado de Minnesota ha implementado un programa para auxiliar a las minorías a obtener un mayor número de negocios con el estado.
Los datos de marras muestran que entre los meses de julio de 2014 y junio de 2015, tan sólo ocho proveedores de servicios o productos, liderados por afroamericanos, obtuvieron contratos con el estado, sumando un total de $141,972, lo cual representa el irrisorio 0.008 por ciento de los $1,800 millones de dólares que invirtió el estado en proyectos y servicios desde construcción hasta servicios de limpieza y de alimentos.
En total, a lo largo del período, los negocios liderados por personas de minorías obtuvieron $14.3 millones de dólares, lo cual representa menos del 1 por ciento del gasto total en que el estado incurrió.
Para algunos líderes de minorías, el programa es tan sólo una broma. La intención era la creación de una cadena que se construiría a partir de la certificación estatal como negocios minoritarios. Con dicho programa, se buscaba otorgar a los pequeños negocios que estuvieran en desventaja al ser liderados por personas de color, las mismas posibilidades de obtener una posibilidad de obtener contratos en forma justa.
El programa buscaría otorgar un mínimo del 6 por ciento de preferencia a líderes afroamericanos, latinos, asiáticos e indoamericanos, tanto como a firmas de blancos bajo propiedad femenina, veteranos, discapacitados o bien que se ubicaran en áreas consideradas en desventaja dentro del mercado competitivo en el estado.
Los resultados, si no nulos, han sido pírricos, por lo que se ha creado una corriente para revisarlo y, en su caso, corregirlo.
