SAINT PAUL, MN
El presidente de los Estados Unidos continúa colocando a los jóvenes beneficiados por la Acción ejecutiva de Acción Diferida que beneficia a los hijos de inmigrantes indocumentados en el país, como una herramienta política para presionar a los legisladores.
Este martes 13, el presidente escribió un par de tweets en los que decía a los legisladores demócratas que el camino para que los jóvenes llamados DACA lleguen a una estancia legal en los Estados Unidos, estaba en sus manos. Con ello, y de forma ya reiterada, el presidente sugirió que si su plan sobre infraestructura en el país falla, sería responsabilidad de los demócratas.
“Las negociaciones sobre DACA han comenzado. Los Republicanos desean lograr un acuerdo y los Demócratas dicen que ellos desean lograr un acuerdo. No sería grandioso si pudiésemos al fin, después de muchos años, resolver el rompecabezas DACA? Esta es nuestra última oportunidad, ¡no habrá nunca otra! Marzo 5.” Escribió muy temprano este martes Donald Trump.
Para efectos de mayor impacto político, la discusión sobre el futuro del DACA se enmarca en una mayor discusión sobre la forma en que la inmigración será caracterizada en este período gubernamental. Una reiterada insistencia sobre la construcción de un muro que separe al norte de América del resto del continente, emerge con fuerza como condición para que el presidente “muestre su amor” por los jóvenes DACA.
Pro también, el asunto cobra dimensiones singulares cuando, por segunda ocasión en un período muy corto, un juez federal impide a la administración del presidente el finalizar el programa implementado por el presidente Barack Obama. El juez de Distrito de los Estados Unidos en Nueva York, Nicholas Geraufis, dictaminó este mismo martes que el fiscal general Jeff Sessions habría cometido un error al determinar que el DACA era inconstitucional, y otorgó el derecho preliminar a la solicitud de revocar la medida presidencial, que han presentado muchos inmigrantes en el país.
Apenas el mes pasado, el juez de distrito William Alsup, de San Francisco, decidió que el DACA debiera mantenerse en vigencia, en tanto la litigación sobre el caso seguía en marcha. Hoy, la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos se encuentra estudiando si se toma en consideración la contrademanda presentada por el gobierno de Trump.
Fue el pasado mes de septiembre cuando Trump anunciara que el programa DACA sería suspendido, imponiendo como fecha límite para ello el 5 de marzo de este año. Casi inmediatamente, la decisión fue cuestionada en diversas cortes. Hoy, la Casa Blanca ha solicitado un incremento en el presupuesto para la seguridad fronteriza, incluyendo la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México, a cambio de facilitar un camino a la ciudadanización de 1.8 millones de inmigrantes.
Ante este discurso, surge en el debate la intención de hacer de las “ciudades santuario” un objetivo del sistema, tal y como lo señala el líder de la mayoría republicana en el senado, Mitch McConnell, de Kentucky, que castigaría a las ciudades que no cooperan por completo con las autoridades federales de inmigración.
En el discurso, el plan de Trump es “mantener a los terroristas, traficantes de drogas, criminales y miembros de bandas de criminales, fuera del país.” Y sin embargo, el plan como ha sido presentado, afecta a familias enteras, sin importar si se trata o no de personas que caigan en cualquiera de esas categorías. La población de inmigrantes indocumentados se ve ante una situación sumamente incómoda: se apoya a 1.8 millones de inmigrantes a costa de otros 9.2 millones, al tiempo que se construye un muro, o se establecen formas de colaboración con quienes buscan detener la embestida presidencial contra la inmigración.