EDEN PRAIRIE, MN
Al menos cinco condados rurales en Illinois pasaron recientemente una resolución, declarándose “condados santuarios para propietarios de armas,” lo que muchos conservadores asocian con una política liberal para eludir la ley.
Los condados adoptaron la palabra “santuario” en referencia a las llamadas “ciudades santuario,” como Chicago que no cooperan con los aspectos de la aplicación de la ley federal de inmigración.
La resolución, es un mensaje directo a la Legislatura estatal controlada por los demócratas de que si aprueban limitaciones en el uso de armas, los condados podrían prohibir a sus empleados aplicar las nuevas leyes.
Al respecto, el vicepresidente de la Cámara de Representantes del Condado Effingham, David Campbell dijo: “Es una palabra de moda, una palabra que realmente llama la atención. Con todas esas ciudades santuario, decidimos cambiarla para proteger nuestros derechos de la Segunda Enmienda.” Y añadió que más de 20 condados y oficiales locales en Oregón y Washington les han pedido copias de la resolución que se hizo en su condado.
Los funcionarios del condado temen que los legisladores estatales no podrán detener la aprobación de las restricciones porque son superados en números por los legisladores de Chicago y sus alrededores, donde la gran mayoría de los más de 650 homicidios del año pasado involucraron armas de fuego.
Al adoptar el titulo de santuario, esperan llamar la atención sobre la división política rural-urbana que fue tan marcada en las últimas elecciones generales, donde las áreas al norte del estado votaron por Donald Trump, quien sigue siendo popular entre esos votantes, mientras que Chicago respaldó a Hillary Clinton.
El director ejecutivo de la Asociación del Rifle del Estado de Illinois, Richard Pearson, dijo que “ellos están tratando de demostrar cuanto les molesta como la ciudad de Chicago trata al resto del estado y como son tratados como propietarios de armas.”
El fiscal del condado de Effingham, quien fue el de la idea, Bryan Kibler dijo que “solo estamos robando el lenguaje que otras ciudades están usando” y que las resoluciones mandan el mismo mensaje que ciudades como Chicago están mandando la rehusarse a cooperar con las autoridades de inmigración federal.
Y aunque las nuevas restricciones no se han promulgado como leyes, pero que los legisladores deben entender: “Si lo aprueban, es posible que no le prestemos atención.”