MINNEAPOLIS, MN
Varios de los diez aspirantes demócratas a la candidatura presidencial en las elecciones de 2020 que participan este jueves en la segunda parte del debate público en Miami defendieron que la sanidad no es un privilegio, sino un derecho humano.
El primero en abogar por una sanidad universal fue el senador por Vermont Bernie Sanders, quien defiende un sistema global de salud al estilo de Medicare, el sistema de salud pública, para cubrir todos los servicios de atención médica de la población estadounidense, el cual sería cubierto por una subida de impuestos.
“Si, pagarán más en impuestos, pero menos en atención médica por lo que reciben”, defendió el senador, quien agregó de paso que la educación universitaria podría ser cubierta por los impuestos a los ricos y corporaciones, además de prometer eliminar la deuda de los estudiantes de educación superior.
El senador Michael Bennet resaltó al respecto que “la salud es un derecho” para todos los estadounidenses, aunque dijo que el planteamiento de Sanders de un “Medicare para todos” y sin existencia de seguros privados no se puede aplicar al país entero.
El exgobernador de Colorado John Hickenlooper no estuvo a favor de eliminar los seguros médicos privados, mientras que el alcalde de South Bend (Indiana) Pete Buttigieg aseveró en inglés: “Somos más sanos cuando todos somos sanos”.
El primero en pronunciar palabras en español, Buttigieg, recordó que su padre no tuvo que tomar decisiones médicas en base a cuestiones económicas gracias a que tuvo Medicare y opinó que los ciudadanos que lo deseen deberían tener derecho a acceder a Medicare.
Solo Sanders y la senadora Kamala Harris levantaron la mano cuando los moderadores preguntaron quienes apoyan eliminar los seguros médicos privados, tal como lo hicieron el día anterior la senadora Elizabeth Warren y el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
La segunda parte de este debate entre aspirantes demócratas ha tenido sus primeros notorios contrastes con la jornada del miércoles, no solo por la mención negativa a Trump desde los primeros minutos, en especial por parte de Biden y Sanders, sino por la pelea a la hora de hacer uso de la palabra.
El “relevo generacional” salió a colación por medio del congresista Eric Swalwell, de 38 años, quien pidió a Biden, de 76, “pasar la antorcha” a los jóvenes del Partido Demócrata.
“Tenía 6 años cuando un candidato presidencial vino a la convención demócrata de California y dijo que es hora de pasar la antorcha a una nueva generación de estadounidenses. Ese candidato era el entonces senador Joe Biden”, recordó Swalwell.
“Todavía estoy sujetado a esa antorcha”, replicó rápidamente el exvicepresidente, mientras que Sanders opinó que el tema no gira en torno a un relevo generacional, sino a enfrentar a Wall Street.
Lo anterior dio paso al primer momento convulso de la noche, en la que apenas se podían distinguir las voces de los diez aspirantes y sin que los moderadores pudieran controlar la situación, hasta que intervino la senadora por California Kamala Harris.
“Los estadounidenses no quieren presenciar una pelea por comida. Quieren saber cómo vamos a poner comida en su mesa”, manifestó vehemente, seguida de sonoros aplausos.
El Adrienne Arsht Center de Miami vuelve a ser escenario este jueves del debate entre precandidatos demócratas, que es transmitido por la cadena NBC News y la cadena hispana Telemundo, y en donde las miradas están en los dos principales favoritos, según los sondeos de intención de voto: Joe Biden y Bernie Sanders.