SAINT PAUL, MN
A tan sólo dos semanas de las elecciones de medio término y con un histórico record de 25.2 millones de hispanos e hispanas aptos para votar, continúa la incógnita por saber si este segmento de la población saldrá realmente a las urnas el próximo 4 de noviembre y marcará la diferencia para cambiar o mantener la balanza del poder en el Congreso.
Según datos del Pew Research Center, la tendencia es que los latinos se quedan en casa en las elecciones de medio período, comparado con otros grupos étnicos. ¿Tendrá el presidente que lidiar en sus últimos dos años de mandato con un Congreso dominado por el Partido Republicano, haciendo más difícil su tarea de pasar legislación transformadora –como la reforma migratoria-; o perderá el partido demócrata unos cuantos escaños en el Senado pero mantendrá la mayoría en esa cámara?
Como se sabe, hasta el último voto contado (o re-contado) se habla. Y por eso, a lo largo y ancho del país, las iniciativas para motivar el voto y convencer a este electorado cautivo de que su voz cuenta, no se han hecho esperar. Los principales estados en disputa son Alaska, Arkansas, Colorado, Iowa, Kansas, Kentucky, Luisiana y Carolina del Norte. Y en éstos, básicamente por cuestión de diseño distrital, se prevé que los electores latinos no tendrán mayor influencia pues su peso electoral es mínimo. Quizás el único estado donde pueden decidir la continuidad o la alternancia, es en Colorado, donde los latinos representan 14.4 por ciento de los votantes.
En Minnesota, el octavo distrito, al noreste del estado, es uno de los distritos más disputados en el país para la Cámara de Representantes. El demócrata Rick Nolan, quien reconquistó ese peldaño en 2012, luego de que pasara a manos republicanas en el 2010, tiene ahora un contendiente aparentemente fuerte por parte de la oposición. Pero según datos del Pew, el porcentaje de latinos entre ciudadanos elegibles para votar en el distrito es sólo del 1 por ciento, o sea, solamente 50 individuos podrían votar (en todo el estado, los electores latinos son 5,000). Obviamente no son muchos votos, pero a la hora de decidir una elección, se convierten en un valioso activo. Y también, porque son pocos, ¡harían bien los partidos de buscarlos hasta debajo de las piedras!
Sería interesante desglosar todavía más el perfil del votante latino promedio, no sólo en ese distrito sino en todo el estado. De esa manera, se podría adaptar el mensaje electoral pues, al igual que la comunidad misma, el voto latino no es monolítico, tiene grandes variantes según edad, origen, idioma e incluso religión. A nivel nacional, según el Pew, casi tres cuartos (73 por ciento) han nacido en los Estados Unidos, mientras que el 26 por ciento son inmigrantes naturalizados. Entre los latinos elegibles para votar, 60 por ciento son de originen mexicano, 13 por ciento puertorriqueño, seguidos por aquellos de origen cubano, dominicano y salvadoreño (5, 4 y 3 por ciento respectivamente).
Al igual, ofrecería mayor información a los partidos políticos saber cuál es el porcentaje de votantes que se auto-identifican hispanos/latinos nacidos aquí, y aquellos que acaban de naturalizarse. No todos los latinos consideran que la reforma migratoria es primordial. Si bien muchos la apoyan, lo más seguro es que otros temas entran dentro de sus prioridades: empleo, salarios adecuados, acceso a la educación y servicios de salud de calidad son regularmente los más importantes para los votantes hispanos.
Así pues, si usted es apto para votar, regístrese y vote. Es su derecho y su voz.
