Fotografía de referencia por google
SAINT PAUL, MN
Minnesota es el estado de los diez mil lagos; Itasca, en Minnesota, es el lugar donde el grandioso Rio Mississippi nace, y es también centro de controversia ante el proyecto de construcción de una tubería de petróleo que comunicaría a las compañías refinadoras de Texas, con los campos petrolíferos canadienses. El caso es que no ha habido una revisión seria por parte del gobierno federal en torno a las implicaciones, costos y beneficios que el proyecto ofrece. Por ejemplo, y según se reporta en un comunicado del Departamento de Estado de los Estados Unidos, en Nebraska, el proyecto liderado por TransCanada’s Corp enfrenta una litigación por la ruta que la tubería seguirán, en tanto que Enbridge Inc. se ha movido calladamente para comenzar a construir una tubería de capacidad semejante a la propuesta en Nebraska, pero en Minnesota.
Enbridge se ha posicionado en el sentido de que la ley le permitiría llevar adelante sus planes de expansión en la construcción de la tubería, mediante el uso de sus premisos vigentes para obras en los Estados Unidos, sin violar ley alguna. Se requeriría si, de la modernización de algunos equipos y un poco de trucos mecánicos, en un corto tramo para cruzar la frontera internacional entre Canadá y Minnesota.
El hecho es que, un proyecto de transportación de petróleo, ha adquirido interesantes tintes políticos, en lo que parece ser una arena de confrontación entre posiciones demócratas y republicanas. El trabajo de cabildeo ha sido intenso, y en días recientes se había anunciado que tres representantes demócratas reelectos al congreso apoyarían la construcción de la tubería. Se trata de Rich Nola, Collin Peterson y Tim Waltz, quienes firmaron en apoyo de la tubería petrolera conectando los campos petrolíferos de Alberta, con las refinerías de Oklahoma y Texas, pasando a través de Montana, Dakota del Sur y Nebraska, por supuesto, en el camino.
Minnesota Public Radio (MPR) informa que mientas que la tubería pareciera no afectar de forma directa a Minnesota, el tema ha sido visto como una “prueba de fuego en política”, para quienes se colocan a la izquierda y la derecha del espectro, y como consecuencia de un juego de fuerzas luego de los resultados de las recientes elecciones.
El caso es que, el día de ayer, el senado ha rechazado el imponer cualquier esfuerzo legislativo para forzar la finalización de los trabajos de la tubería de petróleo Keystone XL. Esto es acaso, la última muestra de fuerza de un senado controlado por los demócratas, quienes pronto tendrán que ceder su privilegio a los republicanos. Y los republicanos, conscientes del poder que tendrán muy pronto, se preparan a responder al resultado de la votación (59-41) en el senado. Voceros del partido republicano expresaron que el caso será retomado, y se convertirá en una potencial confrontación entre el presidente del país y el congreso, en donde el líder del ejecutivo ejercería el poder de veto; ello ocurrirá, dijeron, muy pronto.
Lo cierto es que este caso ha puesto en evidencia incluso serias divisiones al interior de los dos partidos políticos, incluyendo los demócratas, entre quienes hay aquellos que apoyan una resolución legislativa positiva para la construcción de la tubería, lo cual es un signo de confrontación entre medioambientalistas y aquellos que apoyan el aprovechamiento de la energía petrolera. Los argumentos que se pueden escuchar tanto a nivel nacional como local en los estados involucrados, van del potencial daño al medio ambiente que implica la tubería, incluyendo la perforación de terrenos que implica.
A ello se contrapone el argumento de la creación de empleos, además de la posibilidad de romper la dependencia que tienen los Estados Unidos del petróleo Árabe. Por lo pronto, esta confrontación política ha puesto un freno al proyecto, en espera de los cambios que tomarán lugar en muy corto tiempo.