MINNEAPOLIS,MN
La disidente cubana Omara Ruiz Urquiola, que por tercera vez desde que llegó a EE.UU. con una visa de turismo en enero de 2021 no pudo abordar un avión a Cuba, reclamó al Gobierno estadounidense que sea “transparente” sobre su política hacia la isla en unas declaraciones a EFE en Miami.
“No solo no sabemos nada los cubanos, tampoco el pueblo estadounidense”, afirmó por teléfono Ruiz Urquiola.
La historiadora del arte y exprofesora universitaria dijo haber informado con antelación de sus planes de viaje a un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. y relató que éste le comunicó que sus superiores iban a “interceder” por ella ante las autoridades cubanas.
La Embajada de Cuba en La Habana escribió un tuit sobre su caso, pero la activista se lamentó de que su gestión con el funcionario no sirvió de nada y tampoco esta vez pudo subirse al avión.
La aerolínea Southwest secundó las órdenes del Gobierno cubano de no permitirle el ingreso a Cuba con la “complicidad” del Gobierno estadounidense, subrayó.
Ruiz Urquiola aseguró que necesita viajar a Cuba urgentemente pues la finca familiar en Pinar del Río (oeste del país) fue “devastada” por el huracán Ian a fines de septiembre y su madre, de 75 años, que reside allí, está sola para encargarse de todo.
Omara, que es paciente oncológica y ha recibido tratamiento en EE.UU., es la hermana de Ariel Ruiz Urquiola, un activista de derechos humanos que se encuentra en Europa y que ha realizado varias protestas ante la oficina de la ONU en Ginebra y otros organismos para denunciar al Gobierno cubano.
Según dijo la disidente, en enero de 2021 viajó desde Cuba a Miami para visitar a su oncólogo y recibir un premio de la
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, con sede en esta ciudad.Fue su cuarto viaje a EE.UU. y como los anteriores lo hizo con una vista de turismo.
La visa le fue renovada estando en Miami, por la imposibilidad de regresar a Cuba, y la actual vence en diciembre.
Ruiz Urquiola se mostró muy crítica tanto con el Gobierno de Cuba, por negarle el derecho a entrar en su propio país, como con el de Estados Unidos, por permitirlo.
“Es muy doloroso saber que la gran democracia del mundo se burla de nosotros, nos deja desamparados”, dijo este sábado en unos vídeos grabados frente al mostrador de Southwest en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale, a unos 40 kilómetros al norte de Miami, después de haber sido rechazada como pasajera.
“Yo no tengo un plan migratorio, no tengo nacionalidad de otro país ni soy asilada”, subrayó este domingo la activista para subrayar que su casa y su familia están en Cuba.
Aun así se mostró “esperanzada” de que su situación pueda resolverse pues Estados Unidos es “un país libre” y ella no ha violado las leyes.
“Esto es una arbitrariedad”, subrayó, después de reclamar que se de a conocer si EE.UU. y Cuba están negociando y qué.