MINNEAPOLIS, MN POR HERGIT LLENAS
En teoría, los representantes estatales tienen el deber de velar por los intereses de sus constituyentes (o sea nosotros), pero en la práctica algunos funcionarios electos trabajan para responder a los deseos de los grupos de intereses que subvencionan a sus campañas.
Una organización muy poderosa, con la capacidad de ejercer una fuerte presión sobre los políticos que aceptan sus contribuciones es el Sindicato Nacional de Maestros, conocido por sus siglas en inglés como la NEA. Y la NEA ha mantenido una postura muy definida en lo que se refiere a expandir la educación pública más allá del modelo tradicional existente. De costa a costa, este sindicato ha entablado decenas de demandas judiciales oponiéndose a programas de becas, vales y cuentas de ahorros para la educación, también conocidas como ESAs.
El caso más reciente se escuchó en Puerto Rico, donde la Suprema Corte decidió a favor de los padres y en contra del sindicato. Durante la sesión legislativa pasada, en Nevada, la NEA y sus aliados sepultaron la ESA, un programa que permitía otorgar fondos estatales a cualquier familia que necesitara educar a sus hijos fuera del estándar ofrecido por el distrito escolar. Ahora mismo en Florida, un candidato a gobernador ha prometido destruir un programa de becas que sirve a más de 100,000 niños de escasos recursos, la mayoría de los cuales, como él, son provenientes de las minorías.
¿Por qué, según la NEA, otros modelos escolares no pueden coexistir paralelamente con la educación pública tradicional?
Según dice, porque hay que invertir más dinero en las escuelas públicas. Sin embargo, los presupuestos escolares han ido en aumento y la calidad de la educación ha ido en deterioro. Si la crisis educativa en la que estamos sumidos se resolviera con dinero, ¡Estados Unidos tuviera la mejor educación del mundo!, ya que gasta anualmente muy por encima del promedio global para educar a un estudiante. Mientras otros países del primer mundo invierten $10,759, aquí se gastan $16,268 dólares al año por cada pupilo, como reportó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
A través de su influencia sobre los legisladores, la NEA ha obstaculizado el crecimiento de opciones escolares, saboteando así nuestro derecho al acceso a mayores alternativas educativas. No nos cabe duda de que los legisladores opuestos a los programas de opciones escolares entienden que nuestros estudiantes los necesitan, pero ellos no se sienten obligados a favorecerlos. ¿Para qué buscarse un problema con uno de sus más importantes patrocinadores?
Entonces, cabe preguntarse: ¿Y si se buscan un problema con nosotros? A los políticos les interesa mantenerse en el poder. Como votantes, tú y yo podemos dar o quitar ese poder. Si se niegan a protegernos, le podemos negar la posibilidad de elegirse o reelegirse. Así que, hagámonos sentir. Y recuerda que el 9 de octubre se cierra la ventana de oportunidad para registrarse a votar.