MINNEAPOLIS, MN
Ha comenzado ya el nuevo año. Uno que se presenta prometedor, como todo nuevo año, y que servirá de transición para muchos eventos que tendrán lugar el siguiente, igual que todos los años. Y, de nueva cuenta, igual que todos los años, muchos de nosotros contamos con nuestra habitual lista de propósitos para este nuevo ciclo. Hemos revisado algunas de las listas que han circulado por los medios, y nos encontramos que el propósito más recurrente pareciera ser el perder peso. Eso, o las variaciones de comer sano o saludable, hacer ejercicio, comer bien/cocinar diario, llevar un estilo de vida saludable, comer menos… En síntesis, la mayoría de las listas con nuestros propósitos incluyen el cambio de hábitos para lograr ser más saludables.
En tanto, el presidente Obama tampoco incluyó entre sus propósitos el bajar de peso, pero más bien se comprometió a trabajar porque “la economía moviéndose en el plano positivo, y porque la clase media recupere la seguridad que había perdido a lo largo de la pasada década,” según expresó en su mensaje semanal al país. Ese, según dijo, será su propósito para el año que comienza.
¿Por qué la pérdida de peso es tan importante entre la gente común? Según publican algunos sitios especializados en nutrición, esto es reflejo de una sociedad que padece de sobre preso y obesidad crónicas. Y que se torna consciente de ello al finalizar el año, y reflexionar luego de haber engullido deliciosas cenas, almuerzos y entremeses. El recalentado es parte de la cotidianidad a lo largo de las fiestas decembrinas, y el remordimiento hace presa de nosotros, al mirar, o incluso sin atrevernos a hacerlo, la diabólica báscula que nos alerta que hemos subido algunos kilitos.
Esto es también una muestra de que no hemos sido capaces aún de abrazar con seriedad el compromiso que tenemos con nosotros mismos de alcanzar un balance en nuestras vidas, que nos lleven a un estado saludable. Pero, como señala la nutricionista Rebeca Hernández, carecemos de apoyo entre la gente cercana a nosotros; el tiempo con que contamos es muy reducido, y poco o nada nos queda para pensar en comer menos o más sano; nuestras metas llegan a ser muy ambiciosas, y nos cansamos al no lograrlas rápidamente, por lo que terminamos abandonándolas.
Ahora incluso se han puesto de moda los nuevos apps para los teléfonos inteligentes, que “nos ayudarán a cumplir con nuestro propósito de disminuir nuestro peso,” según reporta el New York Times. Dichos apps auxiliaran en cómo cocinar nuestros alimentos de forma más saludable, o bien dónde ordenar comida que cumpla con esos requisitos. Entre otros, el DIY ofrece servicios que provee de ingredientes cuidadosamente medidos y recetas detalladas para cocinar. Otros apps tienen ligas con centros de distribución de ingredientes directamente a casa, con precios razonables.
Como quiera que sea, el bajar de peso es un reflejo de la necesidad de asumir patrones de vida más saludables. Y ese debería ser el primer propósito por el que debiéramos trabajar, pues con ello podríamos llenar las líneas blancas, si las tenemos, o bien contribuir a que la economía continúe su recuperación, pues estaremos en mejores condiciones de trabajar y ser enteramente productivos. Si no lo has hecho, inclúyelo en tu lista de propósitos, y aprovecha cuanto encuentres para cumplirlo.
¡Feliz y saludable 2015!