Critica Cinematografica:
El Libertador
Cuántas y cuántas ocasiones disfrutamos de filmes épicos sobre las cruzadas, la segunda Guerra mundial, las guerras entre reinos en la Gran Bretaña. ¿Quién podrá negar la fascinación que despierta entre nosotros Game of Thrones, The Vikings, o cualquier otra superproducción que narra épicas aventuras en mundos históricos, reales o imaginarios?
Dentro del marco del festival de Cine Latino que por segundo año consecutivo organiza la Sociedad Fílmica de Minneapolis/Saint Paul, y con la colaboración del Festival Internacional de Cine de Minneapolis, St. Paul, se presentó el filme El Libertador. Una coproducción entre Venezuela y España, y que sin embargo presenta una historia que toca al menos siete naciones.
Para los amantes del cine, El Libertador es una joya visual; para quienes buscan información histórica, es posible encontrarla en el filme, aunque habrá que complementar con otras fuentes; para quienes idealizan y mitifican la figura de Bolívar, ahí encontrarán un retrato poderoso, aunque probablemente alejado del que desearían ver. Al fin de cuentas, presentar una historia de 48 años, en poco menos de 2 horas, resulta una tarea gigantesca, acaso imposible de cumplir.
Se trata de una cinta de carácter épico, que narra las aventuras libertarias de Simón Bolívar, el ícono de las luchas independentistas de toda América Latina. Un personaje histórico que despertó, y continúa haciéndolo, pasión y controversia. Icono de múltiples y hasta contradictorias causas, Bolívar es sin duda ese personaje que adquiere dimensiones inconmensurables en la historia mundial. Comenzando cuando fue nombrado al nacer Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, El Libertador sintetiza en sí mismo una formidable historia de cambios, la misma que caracterizaba a toda América a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Siendo un rico y potentado hacendado en Venezuela, Bolívar mantiene siempre una visión crítica y propositiva de la situación que se vive en las colonias españolas en ese período.
Se trata de una cinta grandilocuente, con extraordinarias escenas de las batallas, con espléndidas tomas panorámicas de hermosos paisajes, con tremenda intensidad al retratar a un Bolívar humano, que se convierte en el líder, enorme Libertador, para quienes le siguen. Así, la toma aérea de los botes que confluyen en los afluentes del río Orinoco, o las tomas abiertas de los picos de los Andes, como para subrayar las dificultades que supusieron para Bolívar y su ejército el cruzar en su cometido de llegar a Bogotá, llevan al espectador a sentirse parte de esa tarea épica que la cinta busca enaltecer.
Habrá, sin duda, demasiadas deudas con la historia del Libertador, como muchos han señalado en Venezuela y fuera de la misma. Habrá también retratos que no corresponderán con las imágenes que tanto hemos visto en libros y pinturas. Acaso la imagen presentada de Bolívar, como ser humano con contradicciones y dudas, no sea la que muchos esperan ver. Con todo ello, la producción cinematográfica nos entrega un producto digno de verse y disfrutarse al máximo. Una película que se coloca a la altura de las más grandes producciones internacionales, que con esa grandilocuencia resalta la figura de un héroe que fue de carne y hueso, para nuestra América Latina.
La llegada de ideales liberales incubados en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, llevan a Simón Bolívar, como a muchísimos otros criollos en la época, a posicionarse en contra de la corona española, y en pro de una plena independencia de la misma. Bolívar, sin embargo, mantuvo una visión unitaria, inclusiva, que promovía la creación de una gran nación surgida de las distintas posesiones españolas en el continente. Para logra ello, tendría que colaborar con otros líderes de la época, que pregonaban similares ideales.
La cinta que abrió oficialmente el ciclo de Cine Latino, en Saint Anthony Main, aparece como una narrativa épica de los devinieres de Bolívar en su misión, auto impuesto, por alcanzar esa meta de unificar a una América profundamente dividida. En el filme, se narra con intensidad el encuentro entre Bolívar y múltiples personajes que configuraron la historia de la América Latina que hoy vivimos. Juan Domingo Monteverde, Manuela Sáenz, Antonio José de Sucre, Francisco de Paula Santander, Francisco de Miranda, juegan importantes papeles en la definición de los caminos que Bolívar ha de seguir.
Para la realización de este filme, se dispuso de un total de 50 millones de dólares, con gran apoyo monetario originario de Europa (España, Alemania, Inglaterra). Contando con tan gran apoyo, Alberto Arvelo, logró dirigir de forma atinada a un grupo de actores que cuentan con destacadas carreras en el séptimo arte: El Venezolano Édgar Ramírez, quien corre con la gran responsabilidad de personificar a Simón Bolívar, la española María Valverde, representando a María Teresa del Toro, esposa de Bolívar, Iwan Rheon, interpretando al militar independentista irlandés Daniel O’Leary, Imanol Arias como Juan Domingo Monteverde y la colombiana Juana Acosta, como Manuela Sáenz, cuentan todos con gran experiencia e incluso premios en la actuación. Extras, que sumaron diez mil, y actores, aparecen bien conducidos en el filme, otorgándonos personajes creíbles, fortaleciendo las imágenes de la cinta, que, en conjunto, generan una narrativa cinematográfica de carácter épico.
Gran forma de inaugurar este segundo ciclo de cine Latino en Minneapolis, que corre desde el 30 de octubre al 5 de noviembre: una cinta altamente recomendable, una sala llena a tope, y la oportunidad de escuchar controvertidas reacciones al filme al finalizar, hablan de que la selección hecha para este ciclo fue cuidadosamente analizada.
No habrá que dejar pasar esta oportunidad de acercarse a nuestro cine, el cine Latinoamericano, que se presenta ahora con filmes de gran calidad.
Destaca la cinta La Jaula de Oro, en concordancia con la controversial presencia de niños provenientes de América Central en los Estados Unidos. Consulta la programación en http://mspfilm.org/festivals/