MINNEAPOLIS, MN
Cuando se revisan los datos que ofrecen las condiciones de vida de las zonas metropolitanas más importantes en el país, se encuentra que sólo tres grandes zonas metropolitanas ofrecen al menos la mitad de la vivienda disponible dentro del rango de alcance para familias jóvenes de clase media, siendo ellas Salt Lake City, Pittsburgh y Minneapolis. Y es en la zona metropolitana de las Ciudades Gemelas en donde, de acuerdo con el Centro para Política de Vivienda, familias de bajos ingresos son capaces de pagar renta por una casa, y trasladarse a sus lugares de trabajo, de forma más accesible que en cualquiera otra área metropolitana en el país (salvo Washington DC, en donde los costos serían similares). Y aún más impresionante resulta el hecho de que Minneapolis-St. Paul cuentan con la tasa de empleo más alta entre personas de 18 a 34 años de edad.
Seguramente entre demógrafos y políticos prevalecerá la pregunta sobre “¿Qué está mal entre las grandes ciudades del país?” El estudio presentado por Derek Thompson invita a olvidar esa pregunta, y mejor ir por “¿Qué es lo que está funcionando en Minneapolis?, a fin de lograr encontrar los elementos que valga la pena replicar en otras latitudes. El asunto, como anunciamos ya, tiene trasfondo histórico:
A mediados de los 1800’s, diversas compañías entre las que se cuentan a Pillsbury y General Mills, comenzaron a desarrollarse junto a, y gracias a, las Cascadas de Saint Anthony, acaso la única caída de agua significativa a lo largo del Río Mississippi, en la zona centro de la ciudad de Minneapolis. Los empresarios de esas firmas vieron a las cascadas como el sitio ideal para proveer de poder a los molinos de agua con que comenzaron a trabajar. Sin embargo, al intentar construir un túnel bajo la cama de rocas en 1869, los sedimentos se colapsaron, alterando las propias cascadas. Gracias a un gigantesco proyecto de ingeniería liderado por el Cuerpo del Ejército de Ingenieros las cascadas fueron restauradas permanentemente en 1885. De esta forma, aun cuando las cascadas poco se asemejan a las dibujadas en el siglo XIX, hasta hoy generan un flujo constante de agua, no provocan inundaciones, y no se quiebran.
Así como con las cascadas, que parecen negarse a desaparecer, y siguiendo la teoría del profesor Myles Shaver, hoy es posible observar gran estabilidad entre la mano de obra que se asienta en la zona metropolitana, incluyendo aquella que adquiere educación profesional. “Se confirma el viejo dicho: ‘Es muy difícil lograr que la gente se mude a Minneapolis, y es imposible conseguir que se vayan,’” dice Shaver. Esto es extraordinario, pues pareciera que, a diferencia de otras ciudades, con el progreso y el desarrollo logrados, no ha ocurrido que la zona metropolitana deje de ser accesible para vivir en ella. Y lo más probable es que esto se encuentre ligado a la práctica de una política local, enfocada a la distribución, apoyando que las comunidades de ingresos altos compartan no solo sus ingresos por impuestos, sino también sus bienes inmuebles con las clases bajas y medias. Eso es, la aplicación de una política de “nivelación fiscal”.
“Dentro de una típica zona metropolitana en los Estados Unidos, las disparidades entre áreas pobres y ricas son dramáticas, debido a que los suburbios enriquecidos no comparten la riqueza que generan,” dice Bruce Katz, director del Programa de Política Metropolitana de la Institución Brookings. Además, por años, se ha logrado impedir la proliferación de guetos en la zona metropolitana, mediante una ley que impuso a los barrios ricos el contar con un porcentaje de vivienda accesible. “En los 1970s y principios de los 1980s, construimos 70 por ciento de nuestras unidades subsidiadas en los distritos más ricos,” dijo Myron Orfield. “El plan metropolitano de vivienda accesible fue, por algunos años, el mejor en el país.”
Hoy, el proceso de gentrificación se consolida, con jóvenes milenio retornando a la zona metropolitana, desplazando a familias de más bajos recursos, quienes sin embargo están encontrando opciones accesibles en algunos suburbios. Un milagro que puede ser útil mirar para resolver situaciones incómodas en otras zonas urbanas.
