MINNEAPOLIS, MN
Un estudio reciente indica que los estudiantes de secundaria que mantienen hábitos saludables, como el consumo de leche, obtienen mejores calificaciones
Para los más de 16 millones de estudiantes de secundaria del país, los hábitos saludables pueden ser la clave de su éxito escolar, según un estudio reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.[1] Los estudiantes más sobresalientes eran más propensos a tener hábitos alimenticios saludables, incluyendo beber al menos un vaso de leche diario.
Los investigadores encuestaron a un grupo representativo a nivel nacional de más de 15,000 estudiantes de secundaria, y descubrieron que los que obtenían calificación de “A” eran una vez y media más propensos de beber al menos un vaso de leche diario, en comparación con sus compañeros (mayormente con calificaciones de “D” o “F”). Beber leche se encontraba entre una serie de hábitos saludables que incluían comenzar el día con el desayuno, comer verduras al menos una vez al día, evitar las gaseosas y otras rutinas como la actividad física, que también eran más propensos a ser parte de los hábitos de los estudiantes sobresalientes.
Durante mucho tiempo, los expertos han identificado un vínculo entre las opciones saludables y las buenas calificaciones. De hecho, en una revisión de investigaciones previas, más del 90 por ciento de los estudios descubrieron alguna relación entre el rendimiento académico y las conductas relacionadas con una alimentación saludable, actividad física y otros hábitos, y estos estudios sugieren que ambos comportamientos saludables podrían afectar directamente las notas y las buenas calificaciones podrían afectar directamente los comportamientos saludables.
Muchos niños aún consumen por debajo de la cantidad recomendada por día y no reciben los 9 nutrientes esenciales que proporciona la leche. Las Directrices dietéticas para estadounidenses 2015-2020 recomiendan que los niños entre 2 y 3 años reciban 2 porciones diarias de leche y derivados lácteos, los niños entre 4 y 8 años 2 1/2 porciones diarias y los niños de 9 años en adelante 3 porciones diarias.[2]
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