MINNEAPOLIS, MN
Con su muerte física el imperialismo querrá hacernos creer que Cuba “necesita regalos”, que Cuba “está lista” para “la democracia”, pero el pueblo ilustrado y libre de Cuba sabrá aplicar las ideas y enseñanzas de Fidel a su vida diaria, a su situación actual, a su modo de gobernarse.
El imperio no lo entiende. La independencia y la soberanía de un pueblo valen mucho más que cualquier cantidad de dinero o que cualquier restaurante de comida chatarra. El imperio se equivoca si piensa que más allá de Raúl Castro no vendrán líderes de la talla de Fidel.
¡Yo Soy Fidel! ha gritado toda Cuba porque, claro está, Fidel es Cuba y Cuba es Fidel. Cuba es tan digna como lo es Fidel.
Una consigna muy sonada entre quienes siempre han apoyado a la Revolución Cubana es ¡Fidel, Fidel, qué tiene Fidel que los imperialistas no pueden con él! En efecto, Fidel parte físicamente a los 90 años de edad el 25 de noviembre del 2016, a las 10:29 pm. Y no muere debido a un atentado, ni debido a una intriga iniciada por la CIA, muere a los 90 años de causas naturales.
¿Qué tenía Fidel que el imperio no pudo con él?
Alguien que sale ileso después de sufrir 650 atentados contra su vida; alguien que dedica toda su vida a librar una guerra contra un enemigo nada pequeño; alguien que el imperio intenta derrocar más de una vez, con más de una estrategia y no logra tumbarlo, algo debe de tener el hombre.
Ese hombre es Fidel, uno de los más importantes revolucionarios cubanos, americanos e internacionalistas de nuestros tiempos. Hombre de principios, hombre de ideas, hombre audaz, hombre libre, hombre valiente, hombre lleno de dignidad, estadista, anticolonialista, antiimperialista…
Fidel es un ejemplo de cómo Nuestra América tiene mucha tela de dónde cortar como para producir a grandes hombres, como para formar nuestras propias ideas, nuestras propias teorías, nuestras propias rutas, nuestras propias formas de hacer revoluciones sociales encaminadas a la unidad americana, revoluciones sociales encaminadas a lograr la verdadera independencia de nuestros pueblos todos.
¿Pero por qué él y por qué tanto tiempo en el poder?
Porque frente a las millones de variantes con las que tiene que lidiar una revolución, no había nadie con la experiencia acumulada de Fidel, porque el pueblo lo siguió pidiendo, porque cada pueblo tiene derecho a elegir sus propias formas de gobernarse, y, porque teniendo a un imperio rapaz en su puerta, Cuba no se puede dar el lujo de dar espacio a quien busca secuestrarla, violarla, saquearla, absorberla, colonizarla…
Sin duda, cuando triunfe la Revolución Americana, no se podrá jamás hablar de una América Unida sin recurrir a Fidel. Fidel será uno de los que volverán a estar al frente como uno más de nuestros protectores, como uno más de nuestros guías, como uno más de nuestros comandantes.
Ni más ni menos, Fidel es Fidel.
¡HASTA LA VICTORIA!
