SAINT PAUL, MN
Seguramente, cuando manejas de un lado a otro entre Minneapolis y Saint Paul, habrás notado el crecimiento en nuevas edificaciones. Las más notables son las que han aparecido en los alrededores de la Universidad de Minnesota, que se anuncian como espacios habitacionales para estudiantes universitarios. En muchos casos también se presume que los nuevos espacios son sitios lujosos, al alcance de los estudiantes.
En el área conocida como Dinkytown, centro de atracción por sus restaurantes y tiendas, se levanta el edificio Marshal, en el que se pueden hospedar hasta 1,300 estudiantes, a quienes se ofrecen servicios de primera, amén de la existencia misma de un nuevo centro comercial Target en el primer piso del mismo. En los alrededores del estadio de los Gophers, el TCF, se han construido también nuevos complejos habitacionales, que se suman a los que se encuentran a lo largo de la avenida Washington. Unos más cercanos, otros más retirados, pero que sin duda se han visto beneficiados con la construcción de la nueva línea verde del tren ligero, que transporta fundamentalmente estudiantes en la zona.
Este movimiento ha implicado también el reordenamiento de los negocios que se orientan a los estudiantes. El famoso bar Sally’s, al que acuden estudiantes y trabajadores de la universidad, tanto a almorzar como a ver diversos deportes en pantallas gigantes, se ha movido de donde estaba, para ser albergado en un nuevo edificio. Ya más cerca del campus universitario, algunos de los tradicionales negocios, han abierto sus puertas de nueva cuenta, en los primeros pisos de otros edificios nuevos. La apuesta es por el servicio integral a nuevos inquilinos. También se considera que existe una creciente demanda por vivienda en las cercanías del campus universitario, por parte de más y más estudiantes.
Pero cabe preguntarse si esos nuevos apartamentos están al alcance de la mayoría de quienes desean vivir en ellos. En primera instancia, la respuesta debería ser negativa, pues los costos se han incrementado comparativamente en el tiempo. Y los incrementos son significativos, pues el lujo cuesta. Asimismo, estas nuevas ofertas compiten con las casas con múltiples habitaciones que se rentan a estudiantes que viven en grupo en ellas. Por cierto, el costo de éstas se ha visto afectado, disminuyendo para poder competir.
Para aliviar el incremento en los costos, la disponibilidad de vivienda lujosa se ha vuelto muy atractiva para los estudiantes, a lo que se suma el número de amenidades que se ofrecen en los nuevos edificios, incluyendo gimnasios, tiendas, seguridad y privacidad. Y para hacerlo aún mejor, la estrategia de construir estos edificios cerca del campus, o frente a la línea del tren ligero, permite a sus inquilinos el prescindir del uso del automóvil, y por tanto de no necesitar pagar por estacionamiento diario. Puesto todo en la ecuación, pareciera entonces que los estudiantes pueden obtener beneficios con costos equivalentes a lo que supondría vivir fuera del campus en casas o departamentos no modernos.
En Saint Paul, cuando la Universidad de Saint Thomas ha iniciado la busca de espacios para ofrecer condiciones similares a sus estudiantes, los vecinos de la zona se han manifestado en desacuerdo, pues ello supondría romper la tradición arquitectónica del vecindario, además de que se terminaría con la sana convivencia que ha prevalecido desde que la Universidad se creó. El vecindario ha sido tradicionalmente familiar, y existe la preocupación de que nuevas construcciones para estudiantes, principalmente de licenciatura, supondrá la inclusión de servicios que harán de la zona más ruidosa e incluso insegura.
Por lo pronto, la Universidad de St. Thomas puede contar con hasta el 40% de su planta estudiantil viviendo en los dormitorios del campo universitario. El resto desarrolla estrategias para vivir con sus familias o en comunidades estudiantiles, generalmente pequeñas en número de individuos. La creación de nuevos edificios atraerá a un gran número del 60% que no vive en los alrededores de la institución educativa.
Se busca, por parte de la asociación de vecinos, la creación de guetos estudiantiles, como parece estar ocurriendo en la UMN, pese a que se trata de “viviendas lujosas”, pues son muchos estudiantes viviendo juntos.