CIUDAD DE MEXICO, MEX.
Fueron más de dos años. Tan solo hablando de la campaña electoral. Y han sido tres los intentos que el candidato triunfador, y seguramente próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha logrado triunfar, sin duda alguna, en su carrera por la ocupar el cargo de presidente de México, entre el 2018 y el 2024. Un momento histórico, sin duda. Un momento de cambio en la vida de México, y no sólo por ser “El Peje” quien es declarado triunfador en el proceso de hoy día, sino por que muy pronto, poco antes del cierre de la mayoría de las casillas electorales en el país, los tres candidatos que competían por el mismo cargo, Antonio Meade, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez, reconocieron públicamente su derrota y el triunfo de López Obrador.
Lo es también por la forma en la que se desarrolló el proceso este 1 de julio, con pocas denuncias presentadas, que, aunque significativas a niveles locales, no significaron duda alguna en los resultados finales. Y es histórico también, cuando que la autoridad electoral, el Instituto Nacional Electoral (INE), proyecta el triunfo de Obrador con un margen de entre 53 y 53.8 por ciento del total de la votación, lo cual no se había observado jamás en la historia del país. Una mayoría absoluta, que no se había observado en el país por mucho tiempo.
Histórico fue también el que el presidente del país, Enrique Peña Nieto, igualmente reconociera el resultado presentado por el INE, y que ofreciera participar en una transición pacífica. Y, también lo histórico fue observar que no sólo AMLO habría obtenido el triunfo en la elección, sino que las tendencias apuntan a que contará con la mayoría en el congreso de su lado. Situación que ha sido debatida por parte de los especialistas, y a lo que ha respondido, el ganador, que no buscará implementar una dictadura en el país.
Fue histórico que se empleara la tecnología para proyectar, con suficiente certeza y antelación, los resultados de la elección, como una muestra de madurez democrática. Pero sobre todo fue histórico, pues la mayoría de los electores, una verdadera mayoría, se manifestó por un cambio en el sistema político, habido el cansancio y la desesperación que hoy priva en el país. Con millones de personas excluidas de los beneficios que el país genera, y con pocos, cada vez menos, recibiéndolos.
El primer mandatario en felicitar a Andrés Manuel, ha sido, para sorpresa de muchos, Donald Trump, quien anunció en un Tweet, su intención de dialogar con el futuro presidente, en “beneficio de ambos países.” Pronto se sumaron líderes de otras latitudes, y particularmente de América Latina, aun a espera de las reacciones en Europa.
En sus primeros mensajes el triunfador del proceso, convocó a la movilización, sin hacerlo, de miles de personas que se concentraron en plazas y puntos clave a lo largo del país. Así ocurrió en La Alameda Central, y en el Zócalo capitalino, donde se escucharon dos discursos. Uno, el primero, político, claro y conciso, con un carácter pleno de estilo presidencial. Buscando acaso dirigirse a quienes pudieran encontrarse nerviosos, pues indicó que la iniciativa privada será respetada, que su gobierno se conducirá, como ha insistido, bajo la ley, y que será inclusivo. Que no habría una dictadura, y que se buscará la reconciliación de los actores sociales y políticos del país.
En el segundo, en un foro popular, y ante quienes le llevaron al triunfo hoy, se comprometió a promover un país más justo. Primero los pobres, dijo, “pues si los pobres están bien, todo México está bien.” Ahí ofreció vigilar el derecho al estudio y al trabajo de todos los mexicanos, a que se tenga que trabajar y ser feliz con sus familias en donde quiera que estas estén. Previamente había ofrecido que quienes desearan migrar lo hicieran por ello, por desearlo, y no por necesitar emigrar.
Ofreció también respetar a la autoridad constituida, y que la transición sería pacífica y ordenada. Anunció también a su equipo de transición, y aprovechó para reiterar su compromiso con el pueblo de México.
Por todos lados, una jornada histórica en México. En donde Andrés Manuel indicó que quiere “pasar a la historia como un buen presidente de México.” Si se pudo… coreaban sus seguidores y él mismo. Inicia así una nueva etapa en la historia.