MINNEAPOIS, MN
El grupo líder en Minneapolis de la Asociación por el Avance de la Gente de Color (NAACP), organización nacional con amplio reconocimiento, llamó a las autoridades a reabrir el caso del fallecimiento de Jamar Clark en un altercado con la policía, y que para ello se nombre a un fiscal especial para liderar la investigación.
La demanda por una nueva investigación surge luego que la mujer que había sido lesionada la noche que Clark había recibido disparos por parte de oficiales de policía dijo que ella no era la novia de Clark, incluso que él nunca la había lesionado esa noche, y que la narrativa del fiscal que justificó el que la policía de Minneapolis hubiera disparado sobre Clark, era una narración enteramente fabricada.
RayAnn Hayes dijo que ella llamó a los paramédicos aproximadamente dos hora luego de haberse lastimado el tobillo en una fiesta de cumpleaños el mes de noviembre, y que llamó por ayuda cuando notó que la lesión comenzaba a inflamarse. “Nunca dije nada sobre violencia doméstica. Nunca dije nada acerca de mi novio me hubiera golpeado. No sé de dónde vino eso,” Hayes dijo a un grupo de reporteros. “Todas esas historias que se dicen por ahí no son la verdad.”
Los comentarios de Hayes surgieron como recuento presentado a los reporteros, a una semana de que el fiscal del Condado de Hennepin, Mike Freeman, declinara presentar cargos en contra de los dos oficiales de policía envueltos en los disparos, al concluir que el uso de fuerza en contra de Jamar Clark habría sido enteramente justificado.
En su presentación, Freeman describe que Hayes era la novia de Clark, diciendo que los paramédicos la encontraron con serias lesiones y un labio roto, y que había identificado a Jamar Clark como su agresor. Más adelante, en su lucha contra los oficiales de policía, Freeman dijo que Freeman habría dicho a los mismos policías que estaba “listo para morir.”
Miembros representantes de la NAACP en Minneapolis y del movimiento Black Lives Matter en Minneapolis, llamaron al público en general a cuestionar la información presentada por el fiscal, al tiempo que demandaban que el caso sea reabierto.
“Demandamos el nombramiento de un fiscal especial para que realmente profundice en este caso,” dijo Nekima Levy-Pound, presidenta de la NAACP Minneapolis. Por su parte, Teto Wilson, quien salía del Club Elks esa noche, dijo que Clark se encontraba completamente inmovilizado en el suelo, por lo que no podría siquiera intentar tomar el arma, como lo dijo el policía.
Freeman dijo que Hayes había ofrecido un número significativo de declaraciones sobre los eventos que rodean su llamado al 911 el 15 de noviembre, identificando a Jamar Clark como su asaltante, como dijo a los paramédicos esa noche. El fiscal indicó que la misma declaración fue ratificada la misma noche en un par de ocasiones, y que meses después Hayes cambiaba su testimonio.
Hayes dijo que no deseaba ser el centro de atención en el caso, pues era Clark quien merecía la atención completa, por lo que decidió guardar silencio por tanto tiempo. Hoy, su testimonio ha significado una nueva demanda por parte de los movimientos de reivindicación de la comunidad afroamericana en Minneapolis.