MINNEAPOLIS, MN (EFE).
La algarabía que reinó en las calles de Colombia en los últimos días se convirtió hoy en un murmullo, cercano al silencio sepulcral, tras la derrota (3-4) por penaltis de la selección cafetera ante Inglaterra en los octavos de final del Mundial de Rusia.
El ruido de las cornetas, la harina y las banderas ondeantes desaparecieron de las calles y con ello la ilusión de los millones de colombianos que soñaban con ver a su selección en la siguiente ronda de la copa.
Ese es el caso de Carolina Garzón, quien vio el partido en una plazoleta del norte de Bogotá y dijo a Efe que se fue triste para su casa pero orgullosa de ser colombiana.
“Vamos a seguir apoyándolos y pues nada, no se nos dio pero bueno”, expresó cabizbaja Garzón.
En esa plaza, donde había pantallas gigantes y centenares de personas se reunieron, la emoción afloró desde los primeros minutos y los gritos para animar a la selección no cesaron en ningún momento, ni siquiera cuando Harry Kane, de penalti, abrió el marcador para los ingleses en el minuto 57.
Con el paso de los segundos la tensión se apoderó de los aficionados colombianos que, pese a ello, siguieron gritando y animando desde la distancia a la selección en la búsqueda del empate.
El público estalló en júbilo en la última jugada, aquella en la que Yerry Mina le devolvió la esperanza a su país con un soberbio cabezazo imposible de atajar para el portero inglés Jordan Pickford.
En ese momento, quienes vieron el partido en esa plaza, hipnotizados, comenzaron a gritar al unísono “Sí se puede, sí se puede” y corearon el apellido del anotador: “Mina“.
En el alargue y con el corazón en las manos, la tensión se mantuvo y hubo incluso quienes se comieron las uñas de los nervios a la espera de una definición por penaltis que fue ineludible.
En ese momento se celebraron los goles y las atajadas de David Ospina por igual, con júbilo. Sin embargo, el penalti que le detuvo Pickford a Carlos Bacca y que le dio a Inglaterra la clasificación ahogó los gritos de alegría y sepultó las celebraciones.
“Había demasiada esperanza, fue muy emocionante, pero hoy la suerte, a un pelito, no nos acompañó”, consideró, por su parte, Lina Osorio, en medio de la tristeza generalizada.
Pese a ello, hubo otros que vieron la situación desde otra perspectiva, como es el caso del ciclista Nairo Quintana, quien afirmó en Twitter que la selección colombiana “lo dio todo y más”.
“Es fácil decirlo, pero somos colombianos y siempre queremos más, no puede haber tristeza, sólo orgullo de nuestra selección Colombia que lo dio todo y más. Aplausos y agradecimiento para todos”, manifestó el ciclista.
Al final, con caras largas y entre lágrimas, pero con los corazones hinchados de orgullo, los aficionados colombianos dejaron ir un sueño que tendrá que esperar, por lo menos, cuatro años más.