SAINT PAUL, MN
Hoy en día, cuando nos quejamos de la llegada del invierno, consideramos lo incomodo que resulta el caminar de casa a la parada del autobús, o bien el tener que enfrentar condiciones riesgosas cuando conducimos nuestro auto a cualquier destino. Al caminar, el frío se cuela por nuestros rostros haciéndonos sentir miserables. Pero la cosa mejora cuando llegamos a casa o a la oficina o al centro comercial… ahí, sin duda, la calefacción nos hace olvidar ese incómodo momento, y las chaquetas o abrigos nos pesan.
¿Cómo sobrevivieron quienes habitaron Minnesota en el pasado? No pensando tan solo en los primeros habitantes de la región, sino tan solo hace 150 años, por ejemplo. Los sistemas de calefacción no se habían aun desarrollado, y las estufas eran muchas ocasiones insuficientes para hacer el milagro de calentar una casa. Sauna pareciera ser el secreto.
Una práctica ancestral en países como Finlandia, fue introducida a Minnesota con la llegada de inmigrantes finlandeses a finales del siglo 19 y principios del 20. Era común que los recién llegados construyeran prioritariamente una sauna en sus propiedades rurales, en las que ellos podrían vivir y tomar un baño en tanto podría construir el resto de las habitaciones y edificios en la granja. Ese fue el caso del sauna Barber-Selväläs-Salmonson, en Cokato, Minnesota. La más antigua savusauna, o sauna de humo, que existe en Minnesota, y probablemente en los Estados Unidos.
Se ha documentado la llegada de los finlandeses a Cokato como ocurrencia en el año de 1865, en busca de tierra disponible para construir sus granjas. Tres fueron las familias finlandesad, los Barbergs, los Selväläs y los Salmonsons, quienes acordaron, en 1868, construir un savosauna compartido en la línea divisoria de las granjas de Barberg y Selvälä. Tradicionalmente, sauna tomaba lugar una vez por semana, por lo regular los sábados por la noche. El más simple formato de un sauna suponía un corazón dentro de una construcción de madera, cubierto con rocas que podrían calentarse a altas temperaturas. Dentro también había una plataforma de madera en la que los usuarios se podrían sentar o recostarse, cerca del techo, con el fin de optimizar el calor. Habría también otros sitios más bajos para quienes no deseaban tanto calor. Desde luego el corazón del savosauna era donde se prendía fuego a los leños a lo largo del día, apagándose a su debido tiempo, para que el humo se disipara antes de que llegasen los primeros bañistas.
Las personas no finlandesas de la región veían con desconfianza el ejercicio de tomar baños de sauna, y especulaban sobre sus fines. A ello se agregaba el que era común que quienes tomaban un sauna lo hicieran desnudos, de donde salían para refrescarse de la misma forma, cuando no había un vestidor cercano. Ese fue el caso del sauna Barber-Selväläs-Salmonson, cuando un mayor número de personas se asentaron en las cercanías, lo cual les causaba molestia.
Imaginémonos viviendo en aquella época, y seguro que podremos apreciar las condiciones en las que vivimos hoy en Minnesota, pese al frio tan inclemente que nos invade año con año, pero que no tenemos que enfrentar con saunas y saliendo desnudos a refrescarnos.