MINNEAPOLIS,. MN

En este día, hace tres años, el mundo vio cómo Minneapolis lidiaba con protestas y disturbios sin precedentes en respuesta no solo al asesinato de George Floyd por parte de la policía de Minneapolis, sino también debido a décadas de una relación complicada y dolorosa entre la policía y las comunidades de color.

Mientras observaba la cobertura mediática de la situación sobre el terreno en Minneapolis y dirigía a la policía de Newark durante las secuelas, nunca me di cuenta de que me faltaban un par de años para tomar el mando del mismo Departamento de Policía de Minneapolis.

Este es el primer aniversario del asesinato de George Floyd mientras yo era el jefe de policía de Minneapolis. Para mí es muy claro que el trauma del asesinato de George Floyd todavía resuena en la gente de Minneapolis y los miembros del MPD. La brutalidad de su asesinato y la injusticia de su muerte fueron profundamente emotivas. La vista de la rodilla de un oficial en el cuello de George Floyd durante nueve minutos y veintinueve segundos sacudió esta ciudad, la nación y el mundo hasta la médula. Los miembros del MPD mantendrían la línea durante días interminables e increíblemente desafiantes de disturbios civiles y la destrucción de la ciudad que siguió. Nuestros residentes y la policía están profundamente traumatizados por todo esto. La historia de lo que sucedió en este día hace tres años en 38th y Chicago y lo que sucedió en toda la ciudad en los días siguientes ahora está indeleblemente entrelazada con el tejido de nuestra ciudad.

Como policías, debemos tener en cuenta el hecho despreciable de que un oficial de policía de Minneapolis asesinó a un hombre.

Necesitamos entender que la cultura policial en esta ciudad en ese momento permitía no solo que ocurriera tal cosa, sino que permitía que ocurriera mientras los oficiales involucrados eran plena e insensiblemente conscientes de que todas sus acciones e inacciones no solo estaban en vista completa del público sino también siendo grabado.

Además, debemos reconocer el hecho de que existe una historia subyacente de trauma racial asociado a las interacciones entre la policía y los negros en este país.

Sin reconocer estos hechos, no podemos sanar y no avanzaremos.

No estoy aquí para marcar el tiempo. Vine a esta ciudad en este momento porque mi experiencia de vida y mi enfoque policial se basan en hacer que el cambio sea real y construir puentes con la comunidad. El trabajo que hacemos en esta ciudad, en este momento, será un modelo para las comunidades de todo el país. Minneapolis es la zona cero, y aceptaremos esa responsabilidad y la usaremos para asegurarnos de que este período no pase de largo y no resulte en el mantenimiento del statu quo.

El trágico asesinato del Sr. Floyd ha cambiado no solo la historia de esta ciudad, sino también la historia de la profesión policial misma. Me aseguraré de que este departamento sea parte de liderar ese cambio.

Recordamos al Sr. Floyd y la pérdida inhumana e ilegal de su vida. Pero no nos retiraremos de nuestra misión y seguiremos viviendo cada día construyendo un departamento de policía digno del privilegio de servir a nuestras comunidades y que, a través de sus acciones, gane la confianza de todos nuestros residentes.

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