Fotografía por Whitehouse.gov
MINNEAPOLIS, MN
El presidente Barak Obama sostuvo una presentación frente a las cámaras, a fin de anunciar su plan respecto a aliviar las condiciones bajo las cuales viven millones de personas en los Estados Unidos. La acción generó suficiente expectativa, y muchos incluso se reunieron frente al televisor tal cual ocurre cuando se mira un evento deportivo de envergadura. La diferencia, sin duda, era clara: lo que dijera el presidente podría definir el futuro de millones. Se estima que, con el anuncio hecho por Obama, hasta 5 millones de personas podrían verse beneficiadas.
Luego de reconocer que en los Estados Unidos ha existido una tradición, de la cual el país se muestra orgulloso, de dar la bienvenida a un sinnúmero de inmigrantes de alrededor de todo el mundo, Obama señaló que la inmigración ha constituido la base de una “tremenda ventaja sobre otras naciones. Nos ha mantenido joviales, dinámicos, y emprendedores. Ha dado forma a nuestro carácter como nación con posibilidades ilimitadas – gente que no ha quedado atrapada en nuestro pasado, sino que ha sido capaz de rehacernos como hemos elegido.”
Pasó entonces a reconocer que el sistema de inmigración se encuentra desangelado, y que todo el mundo lo sabe. Que hay familias que entran al país de manera correcta, mientras son testigos de otros que lo hacen en contra de las reglas. Señaló también que la situación es una responsabilidad compartida, en tanto existen dueños de negocios que toman ventaja de inmigrantes indocumentados, al ofrecerles remuneraciones muy por debajo de los mínimos aceptables. También reconoció que se ha comprometido en múltiples ocasiones a corregir el sistema, y a ofrecer justicia a millones de familias que contribuyen a la grandeza del país, pero que cargan con la limitante de ser indocumentados.
Así, el Presidente anunció, primero, que reforzará aún más las acciones encaminadas a frenar el flujo de inmigración indocumentada; que facilitará el que inmigrantes que cuenten con altos niveles de especialización, graduados y empresarios, puedan permanecer en el país y contribuir a la economía, tal y como muchos líderes en negocios han propuesto; que tomará los pasos necesarios para hacer frente en forma responsable a los millones de inmigrantes indocumentados que ya viven en el país.
En el tercer punto, Obama abundó, resaltando que al estar en forma indocumentada en el país, se está violando la ley, y que habrá que asumir la responsabilidad que corresponde a quien corresponda. Sin embargo, el deportar a todos es imposible, por lo que se proponen algunos criterios para que quienes han vivido en los Estados Unidos, y seguido las reglas, puedan seguirlo haciendo. Los beneficiarios serán quienes han vivido en los Estados Unidos por más de cinco años; tiene hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes legales; se somete a un chequeo de antecedentes criminales y pasa sin tacha; puede pagar sus impuestos y una multa. Estas personas podrán solicitar permanencia temporal en los Estados Unidos, sin temor a ser deportados.
“Pueden ustedes salir de las sombras y quedar bien con la ley.” Dijo Obama.
La medida no será aplicable a quienes hayan llegado al país recientemente; tampoco a quienes lleguen ilegalmente en el futuro, y tampoco garantiza lograr la ciudadanía o el derecho a permanecer permanentemente o recibir los beneficios garantizados a los ciudadanos estadounidenses. En suma, la medida garantiza no deportar a estas personas en lo inmediato.
Una medida que muchos han considerado parcial, y que esperan pueda conducir a la adopción de una reforma más completa, aceptada y adoptada por el congreso, y que establezca condiciones de remedio definitivas. Una proposición que se esperaba en ese tono, con ese alcance y que sin embargo, tal y como se esperaba también, generará la reacción de la oposición a cualquier reforma migratoria bajo el mandato de Obama. En lo inmediato, voceros republicanos amenazan con impulsar una demanda de ilegalidad de la medida anunciada por el presidente. En este sentido, un argumento que se ha presentado ya apunta a que el presidente había reiterado en múltiples ocasiones que no podría tomar ninguna acción ejecutiva, pues debería ser una acción concertada con la mayoría, y preferentemente bajo consenso.
Muchos quedan fuera del beneficio que la medida ofrece, y aun será necesario conocer en detalle los aspectos legales que implica. Pero lo cierto es que se trata de una acción esperada por muchos y que acaso llega en la antesala de un nuevo escenario electoral en el que se elegirá a un nuevo (o nueva) líder del país, y acaso esta se convertirá en moneda de cambio en las negociaciones que tendrán lugar en el seno de un congreso controlado por los republicanos, y un partido demócrata que no querrá ver la presidencia volver a manos de sus antagonistas políticos. Este último escenario, sería desastroso para quienes se beneficien con esta medida, e incluso para quienes se han cobijado bajo el DACA. Futuro incierto aun, para millones de personas aún.