OMAHA, Nebraska –
Los estudiantes de todo Minnesota regresarán a la escuela en las próximas semanas y la División de Omaha de la Administración de Control de Drogas (DEA) está recordando a las familias que deben tomarse un tiempo para conversar sobre las consecuencias no deseadas de la experimentación con drogas antes de que los niños salgan por la puerta para un nuevo año de aprendizaje.
El fentanilo y la metanfetamina siguen siendo las dos principales drogas incautadas por los investigadores de la DEA en Minnesota. Se siguen vendiendo pastillas diseñadas para parecerse a medicamentos recetados comunes, como Xanax®, Adderall® y Oxycodone®. Estas pastillas falsas se parecen tanto a los medicamentos recetados legítimos que es casi imposible distinguir entre una pastilla de fentanilo y un producto farmacéutico. Las pruebas de laboratorio de la DEA indican que siete de cada diez pastillas falsas incautadas por la DEA contienen una dosis letal, dos miligramos, de fentanilo. El único medicamento seguro es el que le receta específicamente un profesional médico de confianza y lo dispensa un farmacéutico autorizado.
La metanfetamina no se encuentra comúnmente en las escuelas primarias, aunque los agentes de la ley han visto el estimulante en forma de cristal, polvo y pastillas en todo Minnesota. Además, la cocaína ha estado aumentando en Minnesota, aunque tampoco se ve con frecuencia en las escuelas.
El vapeo y el consumo de marihuana entre los jóvenes siguen siendo temas de preocupación. Según la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud de 2023, entre los adolescentes de 12 a 17 años que consumieron marihuana en el último año, más de la mitad vapeó marihuana, seguido de aproximadamente un tercio que comió o bebió marihuana. Se anima a las familias a hablar sobre los efectos secundarios nocivos del vapeo y, al mismo tiempo, abordar las consecuencias de ingerir comestibles de marihuana.
“Muchos padres se preguntan a menudo si sus hijos les escuchan cuando hablan”, dijo el agente especial a cargo de la División Omaha de la DEA, Steven T. Bell. “La verdad es que sí lo hacen. Siéntense en familia y hablen sobre los efectos que alteran la vida de las drogas y el daño que causan al cerebro, el corazón y los pulmones en desarrollo. Su conversación podría salvar a un ser querido de ponerse en una situación peligrosa”.
