MINNEAPOLIS, MN.-
El fuerte incremento del coste de la vida experimentado en los últimos años y la amenaza que supone para Canadá la segunda presidencia de Donald Trump dominaron este jueves el segundo y último debate televisado entre los principales líderes políticos canadienses de cara a las elecciones del 28 de abril.
El debate terminó sin un claro vencedor y sin decisivos golpes de efecto para ninguno de los cuatro líderes que se colocaron frente a las cámaras: Mark Carney, primer ministro y líder del Partido Liberal; Pierre Poilievre, del Partido Conservador (PC); Yves-François Blanchet, del soberanista Bloque Quebequés (BQ); y Jagmeet Singh, del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD).
Carney, que tiene la delantera en las encuestas y parece encaminado a conseguir la mayor victoria de la historia de los liberales, se defendió con éxito y facilidad de los constantes ataques de los otros tres líderes, especialmente de Poilievre.
Se presentó como el mejor preparado para enfrentarse con Trump en la renegociación de la relación con EE.UU. que se producirá tan pronto como se celebren las elecciones y para conducir la economía del país ante el turbulento periodo que se otea en el horizonte ante las radicales políticas comerciales de la Casa Blanca.
Por su parte, el líder conservador, que en febrero tenía 25 puntos de ventaja en las encuestas y parecía destinado a arrasar a los liberales hasta que Justin Trudeau dimitió como primer ministro y Donald Trump llegó a la Casa Blanca, repitió su estrategia fallida de equiparar a Carney con su antecesor.
Carney, un economista que fue gobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020) y que se convirtió en primer ministro el pasado 14 de marzo, anuló la táctica de Poilievre de forma simple.
“Lo he dicho antes y lo vuelvo a repetir. Sé que usted querría estar compitiendo con Justin Trudeau. Justin Trudeau no está aquí”, replicó el líder liberal.
Por su parte, Poilievre mejoró su actuación con respecto al debate realizado en francés el miércoles, especialmente en cuestiones de seguridad y en pintar a Carney como una opción continuista tras casi una década de Gobiernos liberales con Trudeau.
“Usted no representa el cambio”, le espetó el conservador a Carney.
Poilievre, que durante años ha utilizado tácticas prestadas del trumpismo y se ha alineado con grupos ultraconservadores y radicales del país, moderó sus ataques e insultos para presentar una imagen más profesional.
Los otros dos líderes, el soberanista Blanchet y el socialdemócrata Singh, jugaron un papel de comparsa pero también de ataque a Carney. Al fin y al cabo, el liberal debe su delantera en las encuestas precisamente a los apoyos que está recogiendo tanto entre votantes soberanistas como socialdemócratas.
La encuesta diaria que publica la firma Nanos Research, colocó hoy al Partido Liberal con una intención de voto del 43,5 % frente al 38,8 % para el PC, 8,7 % para el NPD y 5,6 % para el BQ.
El análisis de la radiotelevisión pública canadiense, CBC, otorga a los liberales mayoría absoluta con 196 diputados, 121 para el Partido Conservador, 20 para el Bloque Quebequés y 5 para el NPD.
La polémica de la jornada fue la decisión de la comisión que organiza los debates de suspender la comparecencia de los líderes políticos a la conclusión de la retransmisión, como es tradicional.
La controvertida decisión es consecuencia de lo ocurrido el miércoles tras el debate en francés cuando activistas de extrema derecha, que publican blogs y que habían sido acreditados para asistir al debate, monopolizaron las ruedas de prensa con preguntas salpicadas con desinformación.