MINNEAPOLIS, MN
La pandemia potenció el autocuidado de la salud a través del uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) y cambiando la forma cómo los profesionales sanitarios ofrecen sus servicios, lo que a su vez abrió desafíos regulatorios y de ciberseguridad, entre otros.
Así lo aseguraron expertos latinoamericanos durante el seminario “Autocuidado digital“, organizado por la Industria Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR) en el marco de su campaña “Cuidarme es Salud”.
En el evento virtual participaron la doctora Omidres Pérez, de la Asociación Iberoamericana de Telesalud y Telemedicina (AITT); Jaime Acosta Gómez, de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP); Myrna Marti, consultora internacional en transformación y salud digital; Francois Martins, de Mercado Libre, y el moderador Enrique Culebro.
Los expertos señalaron que durante la pandemia, las soluciones digitales han sido claves para que las personas accedieran más rápido a información relevante para su salud y para facilitar el autodiagnóstico y monitoreo de afecciones o síntomas a través de aplicaciones para la salud, indicaron los expertos.
Así, las TIC ayudaron a facilitar y acelerar el seguimiento a pacientes, la trazabilidad de contactos de personas contagiadas con la covid-19 y los sitios de vacunación. Además, los cambios regulatorios han permitido un mayor acceso a productos de salud y más rápido, a través de la compra en línea.
La ILAR indicó que un estudio suyo realizado este 2021 reveló que el 92 % de los encuestados consideró la telemedicina como una experiencia positiva y el 85 % dijo que la volvería a utilizar después de la pandemia.
Asimismo, un 62 % de los encuestados buscó en internet los precios de los medicamentos, un 28 % información sobre dónde comprarlo, mientras que al 82 % les resultó más conveniente comprar medicamentos en línea, un 75 % dijo prefería el servicio de entrega a domicilio y un 20 % retirarlo en el establecimiento.
“La tendencia mundial es hacia un sistema híbrido de salud. En los últimos dos años y con la pandemia, se aceleró lo que estaba planificado para los 10 años venideros en la industria tecnológica, salud e industria digital”, dijo la doctora Pérez.
Añadió que “el reto es que todos los profesionales de salud y de las áreas involucradas tienen que adecuarse a esta aceleración y ayudar a la comunidad, que ya está viviendo este cambio, a adaptarse de la mejor manera posible y provechosa para todos”.
El farmacéutico comunitario Acosta Gómez señaló que una encuesta realizada por la FIP a sus organizaciones miembros en 80 naciones reveló que el 42 % de los países donde hay farmacias en línea no usan recetas electrónicas.
La consultora Marti, psicóloga de la Universidad de Buenos Aires con una especialidad en salud pública, indicó que las cifras muestran que un 56,4 % de la población mundial está usando internet y que 66,6 % es usuario de la telefonía móvil.
“Cuando se habla de oportunidades y desafíos del autocuidado para la salud pública, hay que pensar en ese núcleo que no tiene acceso (a las TIC) y está relegado de los servicios de salud”, agregó.
Marti destacó además que los marcos regulatorios son importantes y las soluciones de los países no son homogéneas.
Seguir usando medios digitales para el acceso a la salud después de la pandemia “no depende solo de las personas, depende también del contexto institucional, de los marcos regulatorios para que la salud digital, el acceso a la información de los pacientes, que la información de las plataformas del autocuidado puede ser utilizada por la salud pública”, explicó.
Es por ello que los expertos señalaron como “desafíos” para el autocuidado digital el tema de las regulaciones, la ciberseguridad, la protección de datos personales, y combatir la desinformación.
“El autocuidado digital es un gran aliado para democratizar el acceso a los productos de autocuidado, promover eficazmente acciones para garantizar que solo se ofrezcan productos lícitos y de calidad y para que el precio se mantenga accesible”, entre otros, añadieron.