SAINT PAUL, MN
Hasta hace muy poco, era común suponer que, una vez habiendo concluido con sus estudios, acaso obtenido un grado académico, y encontrado un buen empleo, la mayoría de quienes pasaran de 30 años de edad se habrían establecido como individuos independientes, acaso viviendo por su cuenta, o bien con sus parejas o esposos y esposas, y contando con uno o varios hijos. Sus ingresos serían saludables, y en muchos casos, tendrían la capacidad para haber adquirido un bien inmueble y viviendo en sus propias casas o apartamentos.
Hoy eso es menos generalizado entre los jóvenes adultos, ya que la minoría es hoy la que caería dentro de esa descripción romántica que caracterizaba a las generaciones anteriores. Hoy, la Oficina de Censos de los Estados Unidos ha presentado datos que en los últimos cuarenta años la vida de los treintañeros ha cambiado significativamente.
Por ejemplo, en 1975, según los datos estimados para ese momento, el 70 por ciento de quienes hubieran cumplido sus 30 o más, estaban casados, tenían un hijo, y no vivían con sus padres. La fotografía típica de una familia feliz, que agregaba un auto a la puerta del hogar, y al perro acompañando a la familia.
El año pasado, tan sólo uno de cada tres residentes de los Estados Unidos se encontraba en la misma condición; es decir, 33 por ciento.
Incluso, cerca de 9 de cada 10 treintañeros se habría casado en 1975, pero hoy ese porcentaje es tan sólo el 57 por ciento. Quienes hoy tienen al menos un hijo o hija, y viven en pareja con él, ella o cuantos sean, es apenas el 47 por ciento dentro del mismo grupo, cuando en 1975 cerca del 76 por ciento se encontraba en esa condición.
Hoy, sin embargo, la mayoría de esas personas cuentan con mayores niveles educativos, con el 90 por ciento de ellos contando con al menos preparatoria o high school completo y con el diploma en su poder, comparado con el 80 por ciento en 1975. E incluso el número de quienes se encuentran empleados y trabajan es superior hoy, con el 81 por ciento, comparado con el 71 en el año 1975.
La paradoja en este campo surge cuando el incremento en la brecha de bienestar, y las consecuencias de la más reciente crisis económica golpeando aún a la mayoría de los jóvenes, se traduce en que tan solo 55 por ciento de las personas de treinta-y-tantos percibe ingresos categorizados como “moderados,” definido a partir de comparar con el ingreso mediano en el país ($51,939 al año), y llegando a un rango de entre 66 y 200 por ciento el mismo. Empleando el mismo criterio, y para propósitos comparativos, en 1975, dicho grupo representaba el 71 por ciento en 1975.
Quienes tienen una propiedad (o se encuentran pagando sus préstamos para adquirirlo), representan hoy el 33 por ciento frente el 58 por ciento en 1975. Por ello, hoy el 32.1 por ciento de los de 30 o más viven con sus padres, mientras que 31.6 lo hacen con sus esposos o parejas en un hogar aparte.